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domingo,
25 de
febrero de
2007 |
Viajeros del tiempo
Guillermo Zinni / La Capital
España en tiempos revolucionarios. En la España de las últimas décadas del siglo XIX todo eran revoluciones. Los aires liberales se habían colado en los claustros y aulas, y hervía la sangre de los españoles impulsivos. Las autoridades amenazaban con que se iba a "armar la gorda" y hasta publicaron un semanario satírico con ese título: "La Gorda". Los revolucionarios contestaron con otro que se llamó "La Flaca", que era España, y que resultó profético, ya que el país quedó en los huesos por su miseria. Con la perpetua amenaza de "la gorda", la gente vivía en continuo sobresalto, se armaban broncas en las calles, la policía sacaba a la carrera a los manifestantes, se cerraban con estrépito las puertas de las casas y de los negocios, los perros ladraban, gritaban las mujeres y los vecinos se asomaban a los balcones para ver a los milicianos armados. Previamente, las tiendas se atestaban de domésticas enviadas por sus patrones para hacer reservas de provisiones, no era cosa de que las criadas tuvieran que salir a la calle mientras silbaban las balas para comprar una libra de arroz o un chorizo extremeño. Todos los días había manifestaciones y discursos al aire libre, y tampoco faltaban los guasones que, exponiéndose a recibir una felpa, se divertían confundiendo a la masa entusiasta que contestaba a los gritos sin entender mucho lo que decía el orador. Una vez en la Puerta del Sol se oyó lo siguiente:
-¡Viva (el general) Prim!
-¡Vivaaaa!
-¡Viva yo!
-¡Vivaaaa!
-¡Viva la "Sombrería Nacional"!
-¡Vivaaaa!
El pueblo, siempre noble, bueno y abnegado, se dejaba llevar sin comprender muchas cosas ni importarle un bledo ciertos nombres. Otra vez, en Valencia, un orador callejero arengó a las masas señalando por sus nombres a varios enemigos de la libertad, pero al oir vociferar al auditorio que quería hacer justicia por mano propia, trató de contener el impulso sanguinario diciendo:
-¡Ciudadanos! ¡Cordura, sobre todo cordura!
-¡Sí, que muera "Cordura"! -gritó el pueblo.
Renos en Ushuaia. Serán embarcados a Ushuaia los ocho renos que hace poco fueron llevados al Jardín Zoológico de Buenos Aires a raíz de que no se adaptaron al clima porteño y para preservarlos en una zona más acorde a su procreación.
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