|
domingo,
25 de
febrero de
2007 |
Antiargentinismo
en Argentina
El lunes pasado, la carta de Cristián Hernández Larguía, con el cual coincido plenamente, me motivó a seguir reflexionando sobre el tema de la discriminación. Pienso que no sólo los judíos son avasallados en sus derechos fundamentales. Nuestro gobierno también discrimina a los ancianos, que después de toda una vida de esfuerzo y aportes previsionales son sometidos a una jubilación denigrante y un sistema de salud vergonzoso; a los buenos trabajadores, que luchan por vivir dignamente de su escaso salario y no de dádivas que promueven la vagancia; a los habitantes decentes, que no pueden transitar por las calles ya que los derechos humanos son patrimonio solamente de quienes asaltan, roban y matan empuñando un arma y hasta, en ocasiones, un “ permiso” legal de menor de edad. Pero también quiero destacar que varios de mis amigos y yo hemos sufrido en carne propia la discriminación que se hace de las personas que no pertenecen a su colectividad. Por ejemplo, si ofrecen un empleo, se fijan en el apellido y color de piel del postulante, aceptando a alguien no judío sólo cuando no tienen más opción. Igualmente al entablar relaciones comerciales o sociales como puede observarse, a veces, en sus clubes recreativos. Son lamentables todos estos desencuentros y no se justifican en un país como el nuestro que tiene abundantes recursos como para que personas de todas las razas y religiones podamos convivir en paz.
Norberto S. Manduca
DNI 10.188.590
enviar nota por e-mail
|
|
|