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domingo,
11 de
febrero de
2007 |
Uruguay
Faro Santa María, amigo de los viajeros
El Faro Cabo Santa María de La Paloma constituye un símbolo emblemático del balneario y se levanta sobre una punta rocosa, alrededor suyo nace el balneario. Su construcción no fué fácil y tiene una triste historia. Por el año 1860, toda la costa Atlántica de Uruguay configuraba una zona de arenas totalmente desérticas.
Algunos navegantes habían comenzado a identificar sus puntos geográficos por sus formas rocosas o por la fauna que a veces encontraban: Castillos, Aguas Dulces, Isla de la Paloma, Isla de los Lobos, Isla de las Gaviotas, Punta del Este y Punta de la Ballena, entre otros. Casi no existían faros y quienes entraban al Río de la Plata luego de traspasar el océano, pagaban un altísimo costo de naufragios embistiendo a ciegas contra piedras desconocidas y bancos de arena de difícil localización.
El 19 de octubre de 1868 ocurrió el naufragio del “Lise Amelie”, un paquebote francés que navegaba con centenares de inmigrantes hacia el Río de la Plata, falleciendo todos los tripulantes y pasajeros. Tanta trascendencia tuvo este trágico accidente que en 1869 se decidió por ley la construcción de un faro en el Cabo Santa María, la punta más saliente del territorio, luego de la cual, de acuerdo a delimitaciones caprichosas, comenzaba el Océano Atlántico.
Para comenzar la edificación en 1870 fue contratado el ganador de la licitación, la empresa “Faros del Río de La Plata, Dax, Gelly y Obes”. Las obras comenzaron durante los primeros meses de 1872, para lo que reclutaron albañiles, carpinteros, herreros, cocineros y peones, todos franceses e italianos.
Los empleados contratados debían trabajar doce horas diarias, por un salario de un peso veinte por día más la comida. Los cristales potenciadores, los mecheros, el sistema que permitiría girar los haces de luz y los demás implementos técnicos, llegarían al país una vez levantada la torre. La fuente de energía de los mecheros, era el querosene.
Noche trágica El 17 de mayo la torre tenía ya 30 metros de altura. Esa noche se desató una feroz tempestad, y por haber utilizado agua del mar para confeccionar la mezcla el primer faro se derrumbó antes de haber nacido, generándose la "tragedia del faro viejo", donde murieron 17 de los operarios. Luego se comenzó la construcción de la segunda torre, esta vez bajo la dirección del ingeniero Cerrutti.
El proyecto es el mismo que el original y se inauguró el nuevo faro el 1º de septiembre de 1874, siendo esta la fecha oficial de la creación del Balneario La Paloma. Don Ciro Pini, inmigrante italiano, no sólo contribuyó con la construcción del faro, sino también con parte del proyecto en dibujos de estructuras y cortes de la torre.
Al finalizar la construcción del faro pidió quedarse, constituyéndose en el primer farero, y junto con su familia, los primeros habitantes del balneario La Paloma.
El 30 de marzo de 1976 fue declarado Monumento Histórico Nacional, y cada verano cientos de turistas trepan por sus escaleras interminables y desde la torre observan una vista espectacular.
Al faro se lo puede visitar todos los sábados, domingos y feriados, de 16.30 a 18.30. No se permite subir a los menores de 10 años. La escalera tiene 143 escalones, la torre tiene 29 metros y la altura focal es de 42 metros (altura sobre le nivel del mar). El alcance lumínico en millas náuticas es de 20,5, y su intensidad luminosa de 480.000 candelas.
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