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 domingo, 24 de diciembre de 2006  
"Hay medios para erradicar el hambre: falta el compromiso"

June Fernández /El País (Madrid)

Simone Borelli es desde el 2001 oficial de programas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que da apoyo a las oficinas de cada país. Licenciado en ciencias forestales y master en gestión de recursos hídricos explica las dificultades para combatir la pobreza en el planeta.

-¿Por qué cada año hay cuatro millones de pobres más en el mundo?

-No hay carencia de alimentos, sino un problema de distribución. Falta el compromiso de los donantes y de los países miembros para cambiar las políticas agrícolas. Y más importante que el personal técnico es el apoyo político a los países para que inicien el desarrollo rural.

-¿Va a poder cumplir la FAO el compromiso de reducir a la mitad el número de pobres para el 2015?

-Se ha constatado que no va a ser posible. Las técnicas para erradicar el hambre existen, pero no hay suficiente compromiso político. Los conflictos internacionales en curso, como la situación en Irak, dificultan más aún la cooperación.

-¿Tienen dificultades presupuestarias?

-Sí. El presupuesto ronda los 400 millones de dólares anuales, pero si pensamos que cada bombardero de Irak cuesta 2 millones... Para un presupuesto tan pequeño logramos un gran impacto, pero se necesita más.

-¿Qué país es un referente por su lucha contra el hambre?

-Brasil. Lula ha creado con Argentina, Paraguay y Uruguay la Alianza Latinoamericana contra el Hambre y es un muy buen ejemplo de cómo puede el Estado combatir el hambre. Estas experiencias se pueden trasladar a otras regiones de Asia o Africa.

-¿Cómo ayudan a los países a desarrollar técnicas que les hagan autosuficientes?

-Ya tienen acceso a las técnicas, pero tienen que cambiar el enfoque político. Los mandatarios dejan de lado la agricultura, incluso en países en los que el 90% de la población se dedica a ella, porque desconocen su contribución a la economía. Lo fundamental es invertir más en infraestructuras agrarias.

-¿Cómo puede un país del Tercer Mundo competir con las multinacionales?

-Somos una organización muy pequeña como para enfrentarnos a las multinacionales, pero respondemos a los países que nos piden ayuda para contrarrestar su poder. También brindamos apoyo a los gobiernos para que dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) estén al mismo nivel que los países desarrollados. Les damos conocimientos técnicos y capacidad de negociación para que comprendan lo que firman.

-Con el Tratado de Libre Comercio (TLC), ¿podrá sobrevivir el sector agrícola de los países latinoamericanos a la competencia de EEUU?

-La FAO está formando a los países para reducir el impacto. En América Central estamos trabajando para que sus productos sean considerados biológicos y tengan así un valor añadido.

-¿Cuál es su postura respecto a los transgénicos?

-Somos un foro de debate neutral, no nos posicionamos. Pero, para darle un ejemplo, en mi trabajo anterior en el Instituto Internacional para los Recursos Genéticos Vegetales sí se hacían investigaciones sobre los plátanos modificados genéticamente para combatir la desnutrición en Uganda.

-¿Qué opinión tiene de la política de cooperación del gobierno español?

-Hay una gran voluntad, sobre todo en cuanto a seguridad alimentaria. Incluso la FAO ha abierto una oficina en Madrid, que estará operativa este mes, para estrechar lazos con España y colaborar en este y otros temas. Zapatero está apoyando también la Alianza contra el Hambre en América latina.

-¿Estados Unidos tiene la misma actitud?

-La FAO recibe el 22% del presupuesto de Estados Unidos. Pero la libre competencia hace que los ricos quieran ser siempre más ricos.
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