Un dictamen drástico

El Consejo de Seguridad impuso sanciones a Irán en una resolución de nueve páginas. Allí "constata con preocupación que Irán hasta ahora no suspendió de manera eficaz la reconversión y el enriquecimiento de uranio de acuerdo a las instrucciones de la resolución 1696 (2006) ni retomó la cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica (Aiea).

Por eso ordena a Irán que "interrumpa inmediatamente las siguientes actividades riesgosas debido al peligro de proliferación nuclear: todo tipo de enriquecimiento de uranio y reconversión, incluida la investigación y el desarrollo; todo tipo de trabajos en proyectos con agua pesada, incluida la construcción de un reactor de agua pesada".

Asimismo, el Consejo dictaminó que "todos los Estados deben evitar la entrega directa o indirecta, la venta y la transferencia de materiales, equipos y tecnologías que capaciten a Irán para seguir ampliando su enriquecimiento de uranio, su reconversión nuclear y el desarrollo de proyectos de agua pesada o sistemas de armas atómicas. Esta instrucción (a todos los Estados miembros de la ONU) se refiere al suministro desde su territorio, por parte de sus ciudadanos, con barcos de su bandera o también con sus aviones".

Para esto, "determina que todos los Estados tomen las medidas necesarias para impedir la ayuda o la formación, el apoyo financiero, la mediación u otros servicios a Irán, en tanto se refieran al suministro, venta, transferencia, fabricación o uso de los materiales ilegales y tecnologías antes mencionados".