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domingo,
24 de
diciembre de
2006 |
Paradoja en Tierra Santa
Una de las grandes paradojas de Navidad en Tierra Santa es que la gran mayoría de sus habitantes, judíos y musulmanes, no festejan Nochebuena ni el nacimiento de Jesús en Belén, a 6 kilómetros de Jerusalén, que conmemora la cristiandad.
Según el Comité Cristiano Internacional, con sede en la ciudad vieja de Jerusalén, los cristianos que actualmente residen en Israel, en los territorios palestinos y en el vecino reino de Jordania, la diócesis de Tierra Santa, son sólo 170.000.
Esto significa que para la mayoría de sus habitantes las festividades cristianas pasarán casi inadvertidas aunque la misa de Nochebuena en la iglesia franciscana de Santa Catarina de Belén, se transmitirá por televisión, incluso la israelí, a todo el mundo.
Los franciscanos, seguidores de Francisco de Asís, que transitó por las huellas de Jesús hace 800 años, son los custodios de Tierra Santa, pero la Iglesia Ortodoxa Griega, desde los días del imperio otomano, que dominó durante cuatro siglos en Oriente Medio, hasta el fin de la Primera Guerra Mundial, controla la Basílica de la Natividad de Belén y el Santo Sepulcro en Jerusalén.
Por ello, los greco-ortodoxos, mayoría en la comunidad cristiana, son los que pueden oficiar la misa de Nochebuena en la basílica contigua a la iglesia de Santa Catalina, donde se hallan la cueva donde estuvo el pesebre en el que, según la tradición, nació Jesús.
Los festejos de Nochebuena, que además celebrarse en Belén y Jerusalén incluyen a Nazaret de Galilea -donde el arcángel Gabriel anunció el nacimiento a la Virgen María-, tienen lugar por partida triple: los católicos lo harán este domingo, los ortodoxos el 5 de enero en la noche de Reyes y la Iglesia Armenia el 18 de enero. (EFE)
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Fotos
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Sacerdotes franciscanos en la iglesia Santa Catarina de Belén.
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