Torres Dolfines Guaraní

La ingeniería estructural

José Orengo

La altura de las dos Torres Dolfines Guaraní y su ubicación sobre la costa del río Paraná, configuran condiciones severas de exposición al viento. La estructura está constituida por núcleos, tabiques y pórticos de hormigón armado. Los primeros pisos se construyeron con un hormigón de elevada resistencia (600 kg./cm2), siendo la primera estructura en la ciudad en utilizar en forma masiva hormigones de estas características.

Cada torre se encuentra apoyada en una platea de fundación, de 35 metros por 45 metros de base y con una altura de 2,80 metros. Por sus dimensiones esta estructura es, en su tipo, la más importante construida en el país.

Dada la altura del conjunto edilicio y su particular entorno, el efecto del viento se consideró a través de una metodología de cálculo no habitual, que contempló los efectos dinámicos de las ráfagas de viento actuando sobre la estructura que oscila debido al efecto pulsante de dichas ráfagas.

La determinación de estas complejas acciones del viento, actuando según cualquier dirección, se evaluó por dos caminos distintos, uno teórico y otro experimental:

El análisis teórico se realizó evaluando las acciones según lo prescripto en las normas internacionales más modernas, para dos situaciones distintas: resistencia para determinar dimensiones y distorsiones para el diseño de la estructura y los cerramientos, y confortabilidad, destinada a limitar las aceleraciones que se producen en los pisos superiores de cada torre, según los stándares internacionales (subjetivos) para esta categoría de edificio.

Ensayo experimental

El análisis teórico se complementó con un ensayo experimental, realizado en un túnel de viento, en el Laboratorio CPP (Cermak-Peterka-Petersen de Fort Collins, Colorado, EEUU), uno de los más importantes del mundo. Este estudio se realizó en escala sobre la maqueta de las torres y su entorno en 600 metros a la redonda, en un túnel en el cual se hizo circular el aire a la velocidad de diseño (escalada) para la zona de Rosario.

Para cada dirección las presiones de viento son registradas por sensores sumamente precisos conectados a una computadora. Estos sensores, en cantidad aproximada de 600, se ubicaron en puntos sobre fachadas y coronamiento de cada torre. La información se obtuvo, en cada sensor, para cada posición y en varios intervalos de tiempo.

Luego, fue informatizada y promediada en forma estadística, obteniéndose un mapeo preciso de las presiones de viento sobre las fachadas o elementos salientes del coronamiento de las torres; el efecto de la estela de viento de una torre sobre la otra; el aumento de la velocidad del viento, y velocidades de viento que puedan afectar la circulación peatonal).

Con los datos de cargas sobre la estructura, el modelo matemático mencionado se resuelve a través de un sistema de aproximadamente 300 mil ecuaciones con 300 mil incógnitas, lo que permite calcular los desplazamientos y los esfuerzos para diseñar las dimensiones y armaduras de los elementos de hormigón armado.

(*) Ingeniero, responsable del cálculo y

dirección técnica de la estructura