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miércoles,
29 de
noviembre de
2006 |
Entrevista. Guillermo Coria habló en exclusiva con Ovacion acerca de su presente y futuro
Coria está de vuelta
Con el objetivo puesto en Roland Garros, el venadense entrena duro junto a Jorge Trevisán y Hernán Gumy
Pablo Mihal / La Capital
Para los seguidores del deporte blanco hay una buena noticia: el Mago está de vuelta, entrena duro y va por su revancha. Y eligió a Rosario, una ciudad apacible más parecida a un pueblo grande que a una gran urbe para comenzar una nueva etapa tras la crisis que lo alejó de los primeros lugares del ránking de la ATP.
Guillermo Coria es sinónimo de tenis. Vive con él, lo lleva adentro y por su forma de ser padeció como pocos su mal momento y el abrupto descenso en las posiciones. Esa situación dificultosa, por otro lado, también le tendió una mano y lo ayudó a crecer.
Pasó mucha agua bajo el puente y la crisis para Coria fue sinónimo de oportunidad. Fue un tiempo para pensar y también para descansar, pero fundamentalmente para reformular objetivos y buscar nuevas metas. Virtudes le sobran. Con los derechos que le otorgan su talento y juego, tiene un sitial en la galería de los exquisitos del tenis. Tiene la prosapia de un elegido, esa misma que despierta idolatría casi con devoción.
-¿Cuál es la principal meta que perseguís?
-En principio ir metiéndome de a poco en el ránking. No estoy obsesionado con estar de vuelta entre los diez, pero sí es un sueño volver a estar ahí arriba. Por algo sigo jugando y quiero llegar a lo más alto posible... Y si puedo estar número uno, mejor. El objetivo del año que viene es el torneo de Roland Garros. Apunto todo a eso y quiero llegar de la mejor forma ya que este año no lo pude jugar. Quiero tener un mejor nivel del que tuve en mi mejor momento. Por eso creo que como se vienen haciendo las cosas, si me ayudan un poco los resultados y no perdemos la paciencia, se puede lograr.
-¿A que le atribuís el bajón tenístico que tuviste?
-Fue un poco por todas las cosas que me fueron pasando. Fui perdiendo motivación, me estaba costando jugar los torneos y los resultados tampoco me ayudaron. Por suerte me tomé unas vacaciones muy largas y me hizo muy bien: hoy soy otra persona, otro jugador.
-Aprovechaste todo ese tiempo para encontrar al Guillermo hombre.
-Sí. Con Carla (Francovigh) no tuvimos Luna de Miel. El año pasado nos tomamos una semana de vacaciones después del Masters y fue medio a las apuradas, con la cabeza puesta en el tenis, en lo que venía, en la pretemporada. Nunca tuve tres semanas de vacaciones para olvidarme del tenis. Ahora me tomé un mes y medio y me vino bárbaro. Me sirvió para darme cuenta de muchísimas cosas: de todo lo que había logrado y no lo venía valorando y de los porqué de los malos resultados. Creo que fue muy positivo y por más que este año haya sido el peor de mi carrera saqué muchas más cosas positivas que en años anteriores.
-¿Cuáles son los pasos de la recuperación?
-Ya trabajamos cuatro semanas en la parte física y ahora le estamos agregando tenis. La recuperación, como los malos momentos, creo que quedaron atrás: ya estoy con ganas, motivado y feliz. Me siento bien. Entreno más fuerte que antes y estoy superándome día a día. Termino los entrenamientos muerto... Los que conocen a (Jorge) Trevisán, saben cómo trabaja él pero es una buena medida para darme cuenta dónde estoy parado.
-¿Recuperaste las ganas de jugar?
-Sí, y las ganas de estar peleando en los torneos los puestos de arriba. Ojalá que los resultados me acompañen, pero si no se dan no me voy a volver loco. Sé que después de estar tanto tiempo fuera del circuito y de venir de un mal año, me va a costar retomar la confianza que tenía cuando era número tres del mundo, pero de a poquito, trabajando día a día y no perdiendo la paciencia se va a hacer más fácil.
-Tenés dos cosas importantes a favor, talento y un espíritu hipercompetitivo.
-Cada partido que jugué siempre dí lo mejor. Nunca regalé un partido. Mi fuerte era entrar a la cancha y no regalar ni un sólo punto. Me recontracalentaba perder un set y sinceramente algo de eso había perdido porque mi cabeza no estaba a un ciento por ciento. Te digo más, lo que me motiva muchísimo son los comentarios que hicieron de mí. Eso me carga de pilas para volver a estar ahí arriba.
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