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sábado,
25 de
noviembre de
2006 |
Tarde de terror. A diez días de la tormenta, la provincia y el municipio coordinan acciones para contener el reclamo social
Obeid pide calma para terminar sin represión con los piquetes
"No hay alarma en las calles", aseguró el gobernador al insistir que no solucionará los cortes con la policía
Lucas Ameriso - Laura Vilche / La Capital
"No hay alarma en las calles, la ciudad está perfectamente asistida, se están reconstruyendo las viviendas afectadas, de modo que no debe haber preocupación. La situación está totalmente controlada". Con estas palabras, el gobernador Jorge Obeid tranquilizó ayer a la población en relación a los rumores de efervescencia social que circularon en torno a los piquetes. La cita fue en la sede local de Gobernación, donde el mandatario santafesino convocó a los intendentes de Rosario, Casilda, Pérez y Granadero Baigorria para analizar la situación y entregarles aportes especiales para paliar los efectos de la tormenta.
Mientras la ciudad amaneció ayer nuevamente con piquetes sobre Circunvalación, Avellaneda y Pellegrini, en la Gobernación los funcionarios provinciales y municipales volvieron a reunirse para analizar los pasos a seguir tras el desastre natural del miércoles pasado.
Al margen del acto protocolar, el propio Obeid prefirió enfrentar los micrófonos de la prensa para brindar un mensaje tranquilizador sobre la situación de los piquetes. Ayer no faltaron algunos incidentes en Circunvalación y el Acceso Sur, donde hasta hubo un choque como consecuencia del caos vehicular generado por los piquetes.
"La situación está totalmente controlada. No ha habido requerimientos extra ni de alimentos ni de abrigo, con lo cual este tema está cubierto", evaluó el mandatario santafesino para subrayar la ayuda que el gobierno nacional aportó para afrontar los efectos de la tormenta.
A la hora de evaluar la evolución y permanencia de los piquetes, Obeid fue enfático al señalar que los conflictos sociales "no se solucionan con la policía, sino con el refuerzo de la atención social", para luego manifestarse en desacuerdo con esta metodología.
"No solucionan nada y entorpecen la circulación de vecinos que van a trabajar", consideró el gobernador al indicar que "cuando se satisface la urgencia disminuyen los piquetes. Ahora no queda prácticamente ninguno".
Un panorama calmo
Ayer al mediodía se repitió un falso rumor de desborde popular. Tal como ya lo había hecho en varias oportunidades, La Capital acudió a los lugares indicados siempre a través de comunicaciones telefónicas, pero en todos los casos se encontró con un panorama calmo. "Todo está en orden, la zona está serena", dijo una agente de la policía montada que circulaba por Ayacucho al 3900. Y lo mismo aseguró el comisario Sergio Vergara, de la seccional 11ª (Lamadrid 272 bis). "No hay que alimentar los rumores -indicó el policía -, acá está todo muy tranquilo; ya ni piquetes quedan en la zona".
No obstante, muchos comerciantes decidieron cerrar sus negocios por si las moscas. Habían bajado las persianas en la zona de Ayacucho al 500 y también en Grandoli y Gutiérrez. "Nos dicen que aquí entró gente por la fuerza y se llevó los changuitos llenos de comestibles", le dijo este diario a un empleado del supermercado Lorena de Regimiento 11 y Castro Barros. "Acá por suerte todo el que salió con el chango lleno, pagó. No pasa nada", se rió.
A metros del súper agentes de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) vigilaban la zona. "Deben estar queriendo probar que tan rápido llegamos a los lugares donde se arman estas falaces usinas de rumores", señaló un agente.
Una clara política
La problemática no estuvo ajena a la agenda oficial en Gobernación. En un ping-pong con La Capital, el gobernador dejó clara su política de negociación y respuestas rápidas.
-¿Porqué se pretendió sembrar el miedo, con cierto estado de psicosis y preocupación?
-En esto puede haber gente que, con intencionalidades políticas, puede querer un clima de temor en la población para perjudicar el trabajo que hacemos desde el gobierno provincial y municipal. No hay alarma en las calles, la ciudad está perfectamente asistida, se están reconstruyendo las viviendas afectadas, de modo que no debe haber preocupación.
-¿Cuál es el mensaje a los automovilistas que están ofuscados por la continuidad en el tiempo de los piquetes?
-Esto es una cuestión de tiempo y paciencia. Si alguno pensó que lo íbamos a resolver con represión, se equivoca. Tengo siete años de gobernador. Jamás hemos reprimido una manifestación social, aunque yo no esté de acuerdo.
-¿La emergencia está controlada?
-Totalmente.
-¿Qué resta por hacer?
-Lo que hemos conversado con los intendentes: hacer relevamientos en sectores productivos donde podría mermar la actividad laboral. Es decir, llevar programas de asistencia.
-¿Habrá saturación policial en los piquetes?
-La policía estará en las calles como siempre, pero no va a ocuparse de disolver los piquetes porque este abordaje es de materia social.
-¿Charló este tema con el presidente Kirchner?
-Lo que pasa en Rosario fue tema central de la conversación y tuve la ratificación de Kirchner de que toda la ayuda necesaria llegará a la ciudad.
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Fotos
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Obeid, con los intendentes de Rosario, Pérez, Granadero Baigorria y Casilda.
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