Una vida de esfuerzo por las nenas

Ricardo Angeleri, contaron sus vecinos, era muy dedicado a sus hijas. "Como padre era buenísimo. A las chicas siempre las atendió bien. Eran criaturas que irradiaban alegría", dijo uno de ellos. A media mañana de ayer, y cuando los bomberos ya se habían retirado, el departamento donde ocurrió la tragedia mostraba un aspecto tétrico. Todo en su interior estaba renegrido y en ruinas.

"El muchacho era humilde pero nunca las hizo pasar necesidades. Se deslomaba trabajando. Fue un ejemplo, papá y mamá a la vez", aportó Cristian. A medida que pasaban las horas, amigos y allegados a las víctimas acercaban al lugar del incendio. Cualquier persona preguntada por las chicas y su papá soltaba una lágrima. Según contaron ayer, Ricardo hacía trámites de gestoría de autos. Por la tarde y noche estaba a cargo del bufete del primer piso del Club Horizonte, de Suipacha al 1400.

"Estaba contento. Con ese laburo en el club decía que tenía un ingreso extra. Igual no le sobraba nada", sostuvo otro habitante de la cuadra. "Podía tener defectos, como cualquier persona, pero nunca descuidó a las nenas", completó Dora.

Muchos recordaban ayer que uno de los últimos esfuerzos que de Ricardo fue afrontar el festejo de 15 años de María Eugenia, el 18 de agosto pasado. "Se partió el alma laburando para juntar peso por peso, pero al final pudo hacer la fiesta", agregó.

Las dos chicas pasaban mucho tiempo en el Club Horizonte. Allí hacían deportes y tenían sus grupos de amigos. María Eugenia cursaba el polimodal en la Escuela Nº404, de Ovidio Lagos y San Luis. Hasta el año pasado había ido al colegio Urquiza.

María Fernanda estaba en séptimo año de EGB en la Escuela Juana Arzeno, en Lagos entre al 1000. Ayer suspendieron las clases del turno tarde en señal de duelo.