Año CXXXVII Nº 49280
La Ciudad
Política
Economía
Opinión
La Región
Información Gral
El Mundo
Escenario
Policiales
Cartas de lectores
Mundo digital



suplementos
Ovación
Salud
Página Solidaria


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 29/10
Mujer 29/10
Economía 29/10
Señales 29/10
Educación 28/10
Salud 25/10
Página Solidaria 25/10

contacto

servicios
Institucional



 miércoles, 01 de noviembre de 2006  
Después del fallo. El fiscal de Cámaras estudia presentar un recurso de inconstitucionalidad ante la Corte provincial
Tulio Adorna se enfrenta a un panorama incierto
Según el tribunal que lo declaró inimputable, el joven podría estar bajo tratamiento por tiempo indeterminado

Un día después del fallo que confirmó su absolución, al determinar que no pudo comprender lo que hacía cuando asesinó a su padre y a su hermano en octubre de 2003, Tulio Adorna se enfrenta a un panorama no menos incierto: afrontar la medida de seguridad que el tribunal le impuso por tiempo indeterminado. Un "riguroso tratamiento" psiquiátrico, en términos del tribunal que lo juzgó, del que sólo podrá ser liberado cuando se compruebe que no representa un peligro para sí mismo ni para terceros.

Tras el dictamen de la Sala II de la Cámara Penal que confirmó la absolución del muchacho, el juez de Menores que investigó el doble crimen de Funes, Juan Leandro Artigas, ahora deberá convocar a un equipo interdisciplinario para que establezca qué tipo de tratamiento debe realizar el joven, de 20 años. Según fuentes de la causa, los profesionales tienen un amplio margen: pueden desde recomendar una sesión semanal de psicoterapia hasta restringir la libertad ambulatoria del muchacho con una internación cerrada.

La decisión de someter a Tulio a un tratamiento psiquiátrico por tiempo indeterminado fue adoptada por los tres jueces de la Cámara Penal que confirmaron su absolución tras revisar un fallo de primera instancia. Los camaristas Ramón Ríos, Ernesto Pangia y Juvencio Mestres determinaron que Tulio no comprendía lo que hacía la noche del 4 de octubre de 2003, cuando mató a su padre Alberto, de 50 años, y a su hermano Germán, de 16, con un arma provista de silenciador, en la casa familiar de Funes. Luego baleó su madre e intentó matar a su abuela hasta que fue desarmado por su hermana, quien también resultó lesionada.

Los jueces dictaminaron que el muchacho fue incapaz de comprender sus actos en base a una serie de pericias que, si bien no fueron contundentes, indicaron la inimputabilidad momentánea del muchacho. En base a esos informes, los camaristas concluyeron que el caótico cuadro familiar y un prolongado conflicto en la relación con su padre le provocaron a Tulio un estallido de violencia.


Objeciones
"El fallo está bien planteado. Los peritos no fueron terminantes en relación a su inimputabilidad -esa es una hipótesis que expresaron en potencial- pero en última instancia es correcto que la duda favorece a Tulio", expresó al respecto el fiscal de Cámaras Guillermo Camporini. El funcionario pretendía que el joven fuera declarado penalmente responsable de los hechos. "No hubiera objetado la declaración de inimputabilidad en el caso de un mayor. Pero al tratarse de un menor de edad existía la posibilidad de declararlo penalmente responsable y luego no condenarlo si su evolución era favorable", expresó.

Camporini entiende que esta opción le hubiera permitido al muchacho "inscribir" lo ocurrido a nivel subjetivo: "La declaración de responsabilidad penal te permite hacerte cargo y tomar conciencia de lo que hiciste", evaluó. Pese a reconocerle solvencia al dictamen que confirmó la absolución de Tulio, el funcionario estudia ahora si interpondrá algún recurso para que la medida sea revisada por la Corte Suprema de la Provincia, donde puede presentar un recurso de inconstitucionalidad por arbitrariedad en la valoración de la prueba.

El hecho de no haber sido declarado penalmente responsable, no obstante, no aleja a Tulio de la intervención judicial. El chico permanecerá sujeto a exámenes psiquiátricos por tiempo indefinido que, según una fuente judicial, pueden prolongarse cuando sea mayor de edad. "Tulio no fue culpable y no puede ser condenado, pero ello no significa que la sociedad deba correr el riesgo de otro desequilibrio. La medida de seguridad permanecerá vigente y cesará cuando ese latente peligro se haya extinguido", plantearon al respecto los camaristas.

Ese tratamiento, según fuentes de la causa, "puede imponer límites a una vida plena de derechos. Los psiquiatras pueden aconsejar que no se mueva de la ciudad, o que no duerma con su familia. Para salir de esa intervención va a necesitar un alta médica consagrada por el juez. Lo gravoso de una medida de seguridad es que puede no terminar nunca".

Por su parte, el abogado del joven, Jorge Bedouret, admitió que a pesar de estar instalada en el imaginario social como una medida más benévola, la declaración de inimputabilidad abre un camino oscuro: "Por supuesto que es una medida sombría. Pero tengo como base que en todos estos años Tulio va mejorando y está muy bien, muy estabilizado. La misión de la medida es determinar su peligrosidad: si es peligroso se va a quedar de por vida adentro de una clínica; si no es peligroso seguramente va a salir dentro de poco en libertad. Tengo la seguridad de que va a estar bien y de que no es peligroso. Confío en su situación personal".

El joven se encuentra internado en una clínica privada de Rosario donde goza de algunas salidas con autorización judicial. "El equipo interdisciplinario de alguna manera ya viene funcionando. Son los médicos, psicólogos, psiquiatras y el personal de la ciencia médica afectado al caso. Este es un tratamiento evolutivo y por eso confío en que en pocos meses se transformará en ambulatorio", cerró el profesional.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
El fiscal analiza si hubo arbitrariedad en la evaluación de pruebas.


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados