Aunque usted no lo crea

Todos los que somos oyentes consecuentes de Radio Clásica hemos advertido desde hace algún tiempo cómo se están perdiendo los objetivos. Basta solamente recordar cómo dejamos de escuchar ese magnífico programa compaginado por dos figuras destacadas del ámbito operístico de nuestra ciudad, me refiero al señor Lecchini y su esposa Rosita, a quienes tanto debemos en este tema. Segundo impacto: el espacio "Música diferente", donde se escucha cualquier cosa y para frutilla del postre, los domingos a la tarde ¡fútbol! Pero lo que resulta realmente patético es lo que su directora ha expresado (seguramente recibió infinidad de llamadas de protesta): "Señores, si no les gusta el programa apaguen la radio o cambien de sintonía". ¿Se acuerdan de Radio Allegro? ¡Yo cada día la recuerdo más!

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