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sábado,
28 de
octubre de
2006 |
Un chico muerto y otro herido en pelea a tiros y puñaladas
Tenía 16 el que murió y 15 el lesionado. Hubo otros participantes de la riña, que limpiaron la escena del crimen
"Desconocemos los motivos de la pelea. Pero de lo que estamos seguros es de la participación de más personas". Con ese punto de partida, los investigadores de la seccional 11ª intentaban descifrar la violenta lucha nocturna ocurrida en el interior de la villa de Garibaldi y Colón en la que un chico de 16 años fue asesinado de un balazo y una puñalada y otro de 15, sindicado por el momento como autor de la agresión fatal, resultó gravemente herido de varios puntazos.
Lo significativo es que en el lugar de la reyerta sólo se hallaron manchas de sangre. Otras personas que estuvieron entremezcladas hicieron desaparecer las armas y los filos que causaron las lesiones en los dos únicos identificados en la lucha.
Eran cerca de las 21.30 del jueves cuando un grupo de personas llegó a la guardia del Hospital Clemente Alvarez con Diego M., un chico de 15 años que presentaba "múltiples" heridas punzantes en piernas, tórax y brazos. Su estado era de gravedad, ya que uno de los cortes le había afectado un pulmón. Diez minutos después apareció Ramiro Gorosito, de 16 años, llevado allí por unos allegados.
Ramiro falleció casi dos horas después. Tenía un balazo en el abdomen y un profundo puntazo en el flanco izquierdo del tórax. Antes de su muerte, la seccional 11ª ya había captado un llamado anónimo que daba cuenta de una pelea con disparos en uno de los pasillos de la villa ubicada en Colón y Uriburu.
"Fuimos y nos encontramos con que había gente en las puertas de sus casas, pero todos alegaban no haber visto nada. Averiguando encontramos manchas de sangre en un pasillo que se abre en lo que sería la prolongación de Garibaldi entre Colón y Ayacucho", comentó un vocero de la comisaría 11ª.
En el lugar no había casquillos de balas ni marcas de impactos en paredes o árboles. Tampoco apareció un puñal o arma de fuego. "En eso nos avisaron que ingresaban dos heridos provenientes de esta zona en el Heca y nos fuimos para allá", agregó la fuente.
"A uno de los chicos lo levantaron en Garibaldi y Alem y al otro en Colón y Garibaldi. Todavía no establecimos en qué vehículos los trajeron, pero nos dio la impresión de que tras la reyerta escaparon a pie en un intento de buscar ayuda", indicó un allegado a la investigación. La llegada de los dos heridos se dio con apenas diez minutos de diferencia. "Hablamos dos palabras con Diego M. quien lo único que dijo fue que se había defendido. La familia decía algo parecido, aunque aclaraba que no habían presenciado nada, que se enteraron por lo que les dijo el pibe", comentó el pesquisa.
Gorosito, quien llevó la peor parte, vivía en el pasaje Médici al 4800, mientras que el otro chico estaba afincado en Garibaldi al 200, es decir a escasos metros de donde ocurrió todo. Con respecto a Diego M. la policía tenía sospechas de que haya sido agresor de Gorosito, aunque no el único. Los voceros indicaron que ambos tenían entradas en la policía y el que al sobreviviente lo habían arrestado tres días antes acusado de robo.
"La víctima tenía un puntazo en el tórax y una bala le pegó en el abdomen. Por esos sospechamos que Diego M. no estuvo solo en esto. Que todo pudo ser una pelea en la que participaron varias personas", agregó el sabueso policial.
Los indicios que por ahora lo colocan a Diego en el papel de presunto homicida serían dos. Uno es sus propios dichos, lanzados mientras los médicos lo atendían. El otro dato es un proyectil calibre 22 que la policía encontró en uno de los bolsillos del pantalón. "Ahora hay que esperar los resultados de la autopsia y cotejar esa bala con la que le extrajeron", remarcó el investigador.
El oficial consultado aclaró que lo fundamental será contar con un testimonio más preciso de Diego M., una vez que supere el delicado pronóstico que tiene. Ayer trascendió que tenía múltiples heridas cortantes en piernas, brazos y tórax y que el jueves a la noche fue operado para implantarle un drenaje que le alivie la acumulación de líquido en un pulmón.
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