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 sábado, 28 de octubre de 2006  
La sombra del escándalo perseguirá a Lula
El presidente corre el riesgo de ser despojado de su eventual segundo mandato por la justicia electoral

Río de Janeiro. - Aun cuando se confirme su reelección con la votación abrumadora prevista por las encuestas, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, iniciará su nuevo mandato bajo las sombras del fantasma del "Dossiergate", el más reciente escándalo que sacude a su Partido de los Trabajadores (PT). La demora en las investigaciones sobre el episodio de compra de un "dossier" contra políticos opositores por parte de integrantes del PT llevó al Ministerio Público a abrir una investigación sobre la propia policía federal.

La oposición socialdemócrata, a su vez, expresa la sospecha de que el gobierno habría intervenido para evitar que se divulgaran hechos potencialmente perjudiciales a la candidatura de Lula.

La principal pregunta aún sin respuesta es si los más de 800.000 dólares en efectivo decomisados en poder de los petistas -varios de ellos directamente vinculados al gobierno y a la campaña de Lula- tienen origen ilícito. De ser así, y si se concluye que el monto se originó de una cuenta no declarada de la campaña presidencial a la reelección, Lula corre el riesgo de ser despojado del mandato que conquiste en las próximas urnas por el propio Tribunal Superior Electoral (TSE).

La posibilidad de castigo se debe a que, por la ley brasileña, los candidatos son responsables directos por cualquier ilegalidad practicada por sus asesores durante la campaña electoral, como el uso de fondos ilegales.

Cuando es indagado sobre la amenaza que pesa sobre su probable segundo gobierno, Lula asegura que no cree que el dinero para la compra del "dossier" haya salido de los fondos de su campaña, y por ello confía en que el caso no amenazará el mandato que espera conquistar en las próximas urnas. No obstante, aseguró que no eludirá un castigo, en caso de que se compruebe que sus asesores practicaron alguna irregularidad que reste legitimidad a su victoria: "Si se comprueba, si se cometió un delito electoral, yo, como cualquier otro ciudadano común de este país, tendré que pagar", dijo recientemente el mandatario.

Los principales asesores del presidente, a su vez, rechazan tajantemente la posibilidad de que el "Dossiergate" pueda causar la anulación de la victoria de Lula en las próximas urnas, dada como virtualmente segura por las encuestas. "Yo, personalmente, no veo la más mínima posibilidad de impugnación del mandato del presidente Lula, si gana la reelección", afirmó ayer el ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, uno de los más respetados juristas del país. "Será una impugnación totalmente fracasada. No tendrá ningún fundamento político, ni jurídico, ni moral. No estoy anticipando el resultado, pero puedo afirmar que no habrá nexo de esas investigaciones con el mandato", aseguró asimismo el ministro de Relaciones Institucionales, Tarso Genro.

Esas aseveraciones, sin embargo, son insuficientes para disipar el ambiente de preocupación, y algunos analistas se preguntan qué pasaría si la justicia electoral llegase a impugnar el segundo mandato de Lula, una hipótesis calificada de "maldita" por el respetado comentarista político Clóvis Rossi. "¿Sería Brasil suficientemente sólido desde el punto de vista institucional para soportar la destitución de un presidente recién reelegido?", se preguntó el columnista del diario Folha de Sao Paulo.

El comentarista apuntó, sin embargo, que pesa en favor de Lula que el "Dossiergate" no benefició a su reelección, sino que, al contrario, impidió que la lograra en la primera vuelta, como se esperaba. Asimismo, advierte que despojar al presidente de un mandato conquistado en las urnas podría ser interpretado como una maniobra "golpista", tal como acusan algunos de los asesores de Lula.

El ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) afirmó ayer que no defiende el "impeachment" (juicio político) de Lula, en caso de que éste consiga un segundo mandato en las urnas el domingo. "No estoy en el papel de los que quieren el impeachment (de Lula)", manifestó Cardoso. "Esa no es mi idea. Uno debe respetar una elección. El pueblo decidió, está decidido", señaló. (DPA)
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Lula sopla velitas con un pequeño.

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