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sábado,
07 de
octubre de
2006 |
La guerra del estaño. Trabajadores independientes cooperativizados buscan apropiarse de un yacimiento estatal
Segunda jornada violenta en Bolivia
lleva el número de muertos a 21
Los dos sectores mineros siguieron combatiéndose a tiros y dinamita, hasta que llegaron 700 policías
Huanuni, Bolivia. - El gobierno boliviano envió ayer 700 policías a esta población para terminar con una ola de violencia entre dos sectores mineros en pugna, que causó hasta ayer 21 muertos, según distintas fuentes. La versión oficial dice sin embargo que los fallecidos son sólo 16. Pero ayer a la mañana, antes de la llegada de la policía, una nueva batalla campal con cartuchos de dinamita y armas de fuego habría sumado 10 muertos a los 11 del jueves. Los heridos serían un centenar, muchos con miembros amputados y heridas desgarrantes, provocadas por la dinamita. Los mineros se disputan la explotación del yacimiento más rico de estaño del país, valuado en más de 500 millones de dólares y que desde junio está en manos del Estado. El violento conflicto es un nuevo dolor de cabeza para el presidente Evo Morales, que ya tiene un frente abierto con su gremio de origen, los campesinos cocaleros.
Un contingente de 700 policías llegó ayer a Huanuni, una desolada población andina y tomó posesión del yacimiento minero y dio fin a los choques. El día anterior, y luego de un enfrentamiento que dejó 11 muertos, el defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, había anunciado un acuerdo de pacificación, que sin embargo duró pocas horas. El propio Albarracín, enviado de urgencia el jueves al estallar la violencia, informó que ayer a la mañana habían muerto otros 10 mineros, cifra negada por las autoridades en La Paz.
Posteriormente, llegaron a Huanuni los policías -armados con escopetas lanzagases y armas cortas- que ocuparon el pueblo y el yacimiento. El comandante general de la policía, Isaac Pimentel, informó que la fuerza había tomado el control total de la zona, y que se habían hallado tres cadáveres en el yacimiento, por lo que los fallecidos totales serían 14. Poco después, en La Paz se admitía que los caídos ya eran 16. No se sabía si estos informes tenían en cuenta la posible existencia de cadáveres en los hospitales cercanos.
Ambos sectores de mineros, "cooperativistas" y "sindicalizados", como se los conoce en Bolivia, buscan el control total de las vetas de la mina del cerro Posokoni. Hasta ahora se dividían la explotación. La localidad minera está a 188 km de La Paz.
La Federación de Mineros acusa al ministro de Minería, Walter Villarroel, de permitir la agresión de los "cooperativistas" a los sindicalizados. Villaroel proviene de los cooperativistas, mineros independientes y del sector privado, mientras que los "sindicalizados" pertenecen a la empresa estatal Comibol.
El fondo del conflicto
El conflicto por el control de la mina se mantenía latente desde hace meses. Según el gobierno, tanto los mineros asalariados de Comibol como los cooperativistas se opusieron a una salida negociada. El vicepresidente Alvaro García Linera explicó el jueves que desde marzo se tuvieron 16 reuniones con ambos sectores, a quienes les presentaron varias propuestas para explotar de manera conjunta los yacimientos del cerro Posokoni. Sin embargo esos ofrecimientos fueron rechazados por los dos sectores, ya que "cada uno de ellos pedía quedarse con todo el cerro para explotarlo". Siempre según Linera, "el presidente de la Comibol y el ministro de Minería se hicieron presentes el miércoles en Huanuni para presentarles a los cooperativistas una propuesta más técnica y empresarial que les beneficiaba". Esta consistía en entregarles dos niveles de la mina que actualmente son explotados por los mineros estatales. Linera también acusó a los cooperativistas de haber iniciado el enfrentamiento.
Por su parte, el dirigente de la Federación de Mineros, Roberto Chávez, responsabilizó de los incidentes al Poder Ejecutivo. "Ahora que pongan los ataúdes", protestó el dirigente minero, que exigió la renuncia del ministro Villarroel por provenir de los cooperativistas.
La subida creciente del precio de los minerales en el mercado internacional a partir de 2002, debido al crecimiento de la economía asiática y especialmente china, generó enfrentamientos entre los dos sectores mineros. Los cooperativistas "apuntaron su expansión a vetas que no requieren inversión en su exploración", relata La Razón.
Mineros y empresarios
En Huanuni los cooperativistas aseguran haber comprado las acciones de la empresa británica RBG. Los mineros estatales o sindicalizados aseguran que esa supuesta compra de acciones no tiene validez, porque la RBG quebró y abandonó el yacimiento con grandes deudas. A partir de junio la estatal Comibol se hizo cargo del yacimiento, en aplicación de una ley promulgada durante el gobierno del presidente conservador Jorge Quiroga. Actualmente la explotación en sus niveles más profundos está a cargo de Comibol, mientras que en los tres primeros niveles y la superficie queda en manos de los cooperativistas.
La mina Huanuni fue privatizada en marzo de 2000, bajo el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. Este la entregó a la firma inglesa Allied Deals por el monto de sólo 501.123 dólares, más el compromiso de invertir 10,25 millones de dólares en dos años. A finales de diciembre de 2001 Allied Deals cambió de razón social a RBG. El 5 de junio pasado, las acciones de RBG pasaron a su vez manos de la Comibol.
Ruedas llenas de dinamita
La empresa estatal tiene entre 1.200 y 1.500 operarios en Huanuni, mientras que los cooperativistas serían muchos más, de 4.000 a 5.000. Alfredo Aguilar, secretario de los mineros de Comibol, acusó al gobierno de beneficiar a los cooperativistas y dijo que estos han lanzado ataques desde lo alto del cerro, haciendo rodar gomas de auto llenas de dinamita. Esto, según la red televisiva ATB, habría ocasionado la mayor parte de las víctimas. Los mineros estatales exigen la renuncia de Villarroel, pero este ha respondido que su cargo está a disposición de Morales.
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Grupos de mineros se enfrentaron otra vez con dinamita en Huanuni.
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