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miércoles,
06 de
septiembre de
2006 |
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Charlas en el Café del Bajo
-Lo cierto, Inocencio, es que hoy en día se observan cosas que duelen, entristecen, cosas que ayer no eran usuales.
-Cuando usted dice ayer, desde luego, se refiere a tiempos pasados.
-Claro.
-Y esto a qué viene.
-Pues estuve en la ciudad de Buenos Aires y le puedo asegurar que no me traje ninguna buena impresión.
-¿Por qué?
-En primer lugar observé a una ciudad en algunos aspectos bastante descuidada. Para ser más preciso le diré que la vi sucia. Y debo reconocer que en ese sentido, y en otros, Rosario está mucho mejor. Es más, tuve la oportunidad de estar con algunos amigos porteños y les dije, sin más, que no debían ofenderse, pero que Rosario era más chica pero estaba mucho mejor en muchos aspectos. Pero esto, en realidad, no es lo más importante porque lo verdaderamente son otras cuestiones.
-¿A ver, qué?
-Gente desamparada, gente en medio de la noche y con un frío que, si pudiera, congelaría hasta el alma, durmiendo en las calles. Un colchón, una frazada, el hall de un edificio como todo dormitorio y nada más.
-¡Qué tremendo! Gente que debe tener el alma congelada, Candi, porque me pregunto si el abandono llevado a tal extremo no congela cualquier cosa.
-Puede ser.
-Por otra parte, Inocencio, esto no lo observé en lugares alejados de la zona céntrica. No, todo lo contrario en el pleno centro y a metros de la Casa de Gobierno. Tampoco se trató de un caso, sino de varios.
-Entiendo.
-Y desde luego...
-¿Desde luego qué?
-Uno camina por las calles con cierto temor, especialmente cuando cae la tarde y las sombras de la noche se van apoderando de la ciudad. Le confieso que por las noches descender por las escalinatas del subte y andar por esos subsuelos da miedo.
-¿No estaría demasiado sugestionado?
-Puede ser, pero lo que no era sugestión el domingo por la tarde era la falta de policías en la calle. Le confieso que me acordé de Blumberg, y comprendí por qué la marcha contó con la multitudinaria adhesión.
-¿Qué más?
-Pasé por el histórico Obelisco y observé unos cartelitos, cartelitos muy pero muy perversos.
-Casualmente el lugar donde se realizó la contramarcha. ¿Qué decían los cartelitos?
-"Blumberg alquila el cadáver de su hijo, pero Macri se lo quiere comprar".
-¡Qué maldad, qué perversidad! ¿Quién los habrá escrito?
-No lo sé, pero es evidente que se trata de algo de muy mal gusto, muy repudiable. Porque uno puede disentir con el pensamiento y la acción de otra persona, hasta puede criticar con acidez, pero llegar a ese extremo me parece de un nivel espantoso.
-¿¡Qué calaña, no!? De manera que no regresó con una grata impresión.
-Bueno, en algunos aspectos no. La gran ciudad como siempre atractiva, vertiginosa, llena de turismo extranjero, pero me quedo con Rosario.
Y mientras estaba dando vueltas por Corrientes y 9 de Julio pensé...
-¿Qué cosa?
-Pensé que la Municipalidad de Rosario podría hacer algo para tratar de atraer a tanto turismo extranjero, porque nosotros también tenemos lindas cosas para mostrar.
-El gobierno de la provincia también podría hacer lo suyo. Por ejemplo, y entre otras cosas, resucitar al Aeropuerto. Es cierto que algo se está haciendo al respecto, pero no parece suficiente. Bueno, en fin, me quedó con Rosario.
Candi II
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"La Justicia está alcanzando a estos siniestros personajes gracias a la valentía del presidente Kirchner"
Hebe de Bonafini
Titular de Madres de Plaza de Mayo, en referencia a la anulación de indultos a criminales de la dictadura
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