|
sábado,
02 de
septiembre de
2006 |
|
|
Charlas en el Café del Bajo
-"Cansada del tumulto, de voces que resonaban, decidí fugarme. ¿Hacia dónde? No lo sé. Tal vez hacia esa soledad que paradójicamente me tranquiliza y a la vez me entristece tanto, como a alguien que no tiene donde refugiarse. Así me siento por momentos, como una extranjera dentro de mí misma. A mi cuerpo pareciera no contentarlo este alma en busca de un refugio; tal vez por ser tan poca cosa o tal vez por ser tanto que se escabulle por cada intersticio de mi ser provocando no sé que cosa ante los ojos del mundo. Mundo que no pudiendo comprender, me relega nuevamente a esa residencia oscura y misteriosa a la cual me acostumbré".
-¿Qué lee Inocencio? Nadie es poca cosa. Cada criatura, cada vida es una sublime obra.
-Así comienza la carta que le enviaron, Candi y sigue diciendo: "Hola Candi: No hace falta que le diga mi nombre, usted sabe quién soy. Decidí escribirle porque sé que me puede llegar a comprender. Y bueno, lo que acaba de leer es una breve descripción de cómo mi alma se siente por momentos. Soy joven, tengo "apenas" veintiseis años. En oportunidades pienso: ¡¿Cómo tengo "ya" veintiseis años?! Y si lo pienso demasiado me aterra el paso del tiempo; tal vez por la época en que vivimos o tal vez por mi forma de ser o una combinación de ambas cosas. Por momentos me siento desorientada en esta sociedad mecanizada, donde parecemos ser engranajes de una gran máquina que se puso en funcionamiento, como bien dijo Sábato, y ahora es difícil detener. Aunque tengo esperanzas de que no es imposible. Se hace difícil, en ocasiones, seguir adelante cuando en todos los ámbitos en que uno transcurre se tropieza con hipocresía y falta de humanidad".
-Esto es cierto, pero le digo a la querida joven que también es cierto que hay almas buenas, virtuosas, abnegadas, serviciales y servidoras. Y lo más importante amiguita: ¡Dios existe! ¡Dios está con nosotros! Siga Inocencio.
-"Ultimamente me doy cuenta de que la gente está tan acostumbrada a lo malo, que se termina asombrando de lo bueno. Y aunque me cuesta, creo que la lucha no es en vano, que cada uno desde su lugar puede hacer algo por el otro y que si todos desde nuestro lugar hacemos algo, de a poco las cosas van a cambiar".
-Así es, en efecto.
-"Uno tiene que empezar por uno. Es importante aprender a valorarse más uno mismo y valorar a los demás. Valorarnos por lo que somos y no por lo que tenemos. Es fundamental aprender a desprenderse de las cosas, a ser más humildes".
-Coincido absolutamente. Pero cuando se sostiene que hay que aprender a valorarse más como persona, no sólo tenemos que declamarlo, sino ejecutarlo. Un cristiano hace un tiempo fue invitado a dar una conferencia a una colectividad judía y comenzó su disertación de esta manera: "Le doy gracias a Dios que nos dio, hermanos, la Torá, porque en ella aprendí que para amar al prójimo y para servir a Dios, primero debo amarme, respetarme a mí mismo". Siga leyendo la carta Inocencio.
-"Hace un tiempo un profesor de teología me pidió que busque en La Nueva Alianza párrafos con los cuales me sintiera identificada. Marqué varios, pero creo que en estos días hay algunos que son fundamentales recordar: "La medida con la que midan se usará para ustedes". Usted, Candi, sabrá interpretar esta oración mejor que yo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Y esta otra: "Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón". Bueno esto es lo que tengo para decir, no mucho más. Como dijo Camus: "Indudablemente, cada generación se cree destinada a rehacer el mundo; la mía sabe, sin embargo, que no podrá hacerlo. Pero su tarea es quizá mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga".
-La felicito por su texto, especialmente por su contenido. Le pido que abra la puerta de su corazón y asome los ojos de su alma, querida amiga. Me parece que hay "Alguien" que golpea, hay "Alguien" que la está convocando para el compromiso de la vida. No deje que el Sublime Peregrino, deseoso de tenerla en su gran causa, cansado de esperar frente a su puerta, parta afligido.
Candi II
[email protected]
|
|
|
|
"Los delincuentes brindan con champán y la izquierda política tiene un dilema ideológico no resuelto con el principio de autoridad y con el ejercicio del poder penal del Estado"
Marcelo Romero
Fiscal de instrucción platense
|
Ver noticia
|
|
|