Gambeteó a los rivales pero no a los policías

El Bocha logró evadir a la policía durante más de un año a fuerza de perfil bajo y pasión por el fútbol. Los investigadores de la Brigada de Homicidios lo buscaban porque varios testigos lo comprometían con la muerte de un chico de 16 años, que recibió un tiro mortal en la axila en medio de una gresca callejera. Pero ni el rigor de la disciplina impuesta en los equipos de fútbol en los que jugó durante este tiempo lo hicieron abandonar su verdadera actividad, el delito. El viernes a la noche la policía de Capitán Bermúdez lo capturó cuando entró de caño a robar a una tienda.

Bocha es el apodo de Eduardo Andrés T., de 26 años, quien ahora deberá responder por el crimen de Cristian Santillán, ocurrido el 11 de junio de 2005, en Estados Unidos y Ocampo. Según fuentes de la investigación, todo sucedió a las 4.50 de aquel día cuando grupos de jóvenes comenzaron a pelear en la calle. Fue un incidente de magnitud porque se escucharon varios disparos y heridos de arma blanca.

En su momento la policía demoró a un menor de edad, pero testigos del incidente también mencionaron al Bocha como principal responsable. Homicidios de la UR II, tras difundir el correspondiente pedido de captura, lo buscó por diferentes lugares, especialmente en localidades cercanas como Acebal y Arroyo Seco, ya que la información indicaba que integraba un equipo de fútbol de la región. "Se investigó hasta un club de la provincia de Santiago del Estero", añadió una alta fuente policial. Lo último que se supo de él fue que estaba en cercanías de la ciudad de San Lorenzo.

Finalmente, Bocha dio el mal paso. La policía de Capitán Bermúdez lo detuvo cuando ingresó a robar en una tienda de esa ciudad. En su poder tenía una pistola calibre 9 milímetros, con los números limados. Apenas llegó a la seccional 2ª y se confirmó su identidad, "saltó" el requerimiento de la Justicia de Rosario por la muerte de Santillán. Mañana iría a declarar ante la jueza penal de Instrucción Nº12, Mónica Lamperti.