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domingo,
27 de
agosto de
2006 |
Salud: influencia de los astros
Clarisa Ercolano / La Capital
"La enfermedad, la medicina y la astrología son tan antiguas como el hombre mismo", dice Mónica Ferrari, médica, egresada de la Universidad de Buenos Aires, especialista en Medicina Nuclear y experta en estudiar las relaciones entre la ciencia médica y los astros. Invitada para disertar sobre astrología y salud en el congreso internacional efectuado la semana anterior en Rosario, aseguró a Mujer que el cuerpo humano "es tan complejo y dinámico como el cosmos, por eso, medicina y astrología investigan los factores que intervienen en diferentes patologías, estableciendo patrones de incidencia y la probabilidad de desencadenar una enfermedad".
Según Ferrari, esto no es nuevo, ya que los antiguos conocían el movimiento de rotación de la tierra y su influencia en el ritmo circadiano (ciclo de sueño y vigilia), que las fases lunares coinciden con los momentos de la menstruación y el parto y que la traslación terrestre origina las diferentes estaciones, provocando las llamadas enfermedades estacionales.
"La astrología es un conjunto de conocimientos que explica los sucesos terrestres y la vida del hombre por la influencia de los astros. Es, además, la ciencia que tiene por objeto la conservación de la salud del hombre mediante la prevención y la curación de enfermedades", agrega.
Para evitar malos entendidos, la médica astróloga cree necesario precisar que durante su experiencia comprobó que existe una gran confusión al pensar que la astrología cura. "La astrología, a diferencia de la medicina, no cura la enfermedad, no es una medicina alternativa, es un método, que se complementa con la medicina, en la prevención, diagnóstico y evolución de una enfermedad".
Con buena estrella
La carta natal es una suerte de mapa astrológico de cada ser humano. Tiene tres elementos básicos: las casas, los signos y los planetas. Las casas son las áreas de experiencia. "En astrología médica, simbolizan la forma de manifestarse del cuerpo ante las diferentes situaciones cotidianas de un individuo", describe Ferrari, antes de agregar que "los signos representan una configuración fija y son los referentes de las áreas anatómicas del cuerpo, desde la cabeza (Aries) hasta los pies (Piscis)". Los planetas, en cambio, son dinámicos, están en continuo movimiento, por lo que se los relaciona con los procesos fisiológicos de órganos y sistemas, además de ser los actores psicológicos de la personalidad.
"El transitar de un planeta por un sector sensible de la carta natal producirá una descarga energética sobre dicho punto, que podrá o no provocar una respuesta física de acuerdo a la relación entre el individuo y la configuración general de su carta", abunda Ferrari.
No existen dudas sobre la relación entre cuerpo y mente, donde un desequilibrio de una de las partes repercute en la otra y forma un todo. Por ejemplo, padecer una gripe durante el invierno dependerá de las precauciones que adopte el individuo pero también de su predisposición a enfermar.
Existen los llamados planetas personales y transpersonales. Los primeros son los más estudiados desde los albores de la humanidad, por lo tanto numerosos textos contienen sus cualidades y regencias, algunas de ellas ya desactualizadas. "De los planetas transpersonales es poco lo que se sabe, pero causan una amplia gama de enfermedades aunque también son responsables de avances científicos", acota.
En la carta natal se trabaja con diez cuerpos celestes, cuya distribución está determinada por la hora y el lugar de nacimiento. "Hay que saber, que si bien ellos están siempre presentes, no los utilizamos a todos en forma simultánea, sino que se manifiestan con mayor intensidad en algunos momentos de la vida. Estos cuerpos son activados constantemente a través de tránsitos, derivaciones y ciclos planetarios". De acuerdo a la personal forma de ser de cada uno, existe afinidad con determinados planetas, que al ser activados hacen sentir bien, vitales o demasiados confiados. En cambio, otros provocan crisis que pueden fortalecer o deteriorar la salud, siempre que existan factores predisponentes. "Esto en medicina, es idiosincrasia, que es la forma especial y peculiar de reaccionar y sentir de cada individuo. No todos reaccionan igual a una enfermedad, si bien existen patrones básicos".
Al nacer, la carta muestra una red de interrelaciones entre los planetas, que resaltan la potencialidad del individuo. En el cuerpo esa potencialidad se denomina predisposición, que es la susceptibilidad latente del organismo hacia una enfermedad, y que puede ser activada bajo ciertas condiciones. "La predisposición no es enfermedad a priori, pero si exigirá de mayor atención", advierte Ferrari.
"En una familia donde las mujeres padecen cáncer de mama, es lógico pensar que una nueva descendiente tenga mayores riesgos de tenerla, en consecuencia, sus controles deberán ser más rigurosos. Pero nadie puede asegurar que esta mujer se enmarque dentro de las estadísticas, tal vez es la excepción a la regla", dice finalmente Ferrari.
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