Historias

El bastión empresario de la región

El reclamo por una política fiscal que permita acelerar las transacciones comerciales y por obras de infraestructura clave para el aceitar la estructura productiva y logística de la región fueron las consignas la Bolsa de Comercio de Rosario planteó esta semana ante autoridades del gobierno nacional la agenda urgente de la zona denominada Rosafé -quizás la cuenca de la soja- y volvió a posicionarse, como viene haciendo hace tiempo, en la caja de resonancia de las demandas empresarias del Gran Rosario.

En rigor, esa función de referente de los temas vinculados con la actividad productiva de la zona es el origen de su nacimiento, el 18 de agosto de 1884 -hace 122 años- cuando el país vivía un clima de optimismo y de confianza en el progreso que se exteriorizaba en un crecimiento de la actividad mercantil e industrial y una amplia movilidad social.

La entidad surge en pleno auge de la denominada generación del 80, cuando Julio Argentino Roca gobernaba la Argentina. En ese contexto, Santa Fe aparecía como el ejemplo más notable de la incidencia del aporte inmigratorio en el adelanto del país y la disponibilidad de tierras cultivables posicionaba a la provincia como gran proveedora de granos del mundo.

En tanto, Rosario - que al promediar el siglo XIX era una pequeña aldea de apenas mil quinientos habitantes- tuvo en los años siguientes un crecimiento explosivo. Para que eso sucediera, dos hechos influyeron notoriamente: la libre navegación de los ríos dictada por Urquiza en 1852 que proyectó a las poblaciones del interior con puertos fluviales, y la ley de derechos diferenciales dispuesta en 1856 que evitó que las mercaderías destinadas al consumo procedentes del exterior pagaran derechos aduaneros en Buenos Aries.


Los orígenes
La Bolsa surgió como una respuesta a esa ciudad en pleno desarrollo bajo el nombre de Centro Comercial de Rosario. Tenía como propósito ofrecer un ámbito para la realización de todo tipo de operaciones mercantiles, y para representar y defender los intereses del comercio, la producción y las finanzas de la ciudad y la región.

Su primer mercado organizado fue el de compraventa de oro, acciones y títulos de crédito, que tuvo actividad intermitente hasta que el gobierno nacional prohibió las transacciones en oro y plata a fines de ese siglo. En 1899 se creó la Cámara Arbitral de Cereales de la Bolsa, la primera en su tipo de la Argentina, con el propósito de resolver las controversias que se suscitaban en los contratos de compraventa de cereales. Ese mismo año, el Centro Comercial cambia su nombre por el actual.

Tras un período de declinación que arrancó en la década del 40 -especialmente por la intervención estatal en la comercialización granaria- la operatoria bursátil vuelve a recuperar protagonismo a partir de los años 70 con el desarrollo explosivo del cultivo de soja. Es a partir de entonces cuando el mercado de granos de la Bolsa se transforma en el centro más importante de comercialización física de esta oleaginosa que hoy todavía detenta.