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| sábado,
26 de
agosto de
2006 |
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Charlas en el Café del Bajo
-Quiero leerle algo sobre el amor en la pareja, Candi.
-Está romántico hoy.
-No. Sucede que estuve leyendo una nota de la psicóloga Elba Nelly Florentino sobre el tema, en el portal www.serysociedad.com.ar, y me pareció oportuno hacer una breve reflexión sobre el tema, sobre una parte de la misma. De paso señalo que en el sitio hay temas interesantes de contenido humanístico. Dice la profesional: "El enamoramiento cambia no sólo por la convivencia, sino por una serie de factores: cambia por el crecimiento individual de los integrantes de la pareja; cambia por el contexto socio cultural en el cual se va inscribiendo; cambia por las responsabilidades familiares (si hay hijos) que se van adquiriendo y el modo en el cual estas se tramitan; cambia por el paso del tiempo, que marca de distinto modo, físico y emocional, a cada uno; cambia por el peso de la historia personal que en cada etapa de la vida se hace sentir de un modo particular, relacionado también con las experiencias más o menos reparadoras que se hayan tenido. Se me ocurren tres palabras importantes en este crecimiento del día a día y son confianza, respeto y libertad. El equilibrio entre lo que significa cada una puede hacer al fortalecimiento de la pareja".
-Dos puntos me atraen de esa reflexión: el primero es que ella señala entre los diversos factores que modifican al enamoramiento, a las circunstancias socioculturales. El segundo, desde luego, la fórmula confianza, respeto y libertad.
-Así es. Pero, ¿qué reflexionaría a propósito de esos dos puntos?
-En realidad opinar que uno de los factores, para mí decisivos, que influye en el enamoramiento en el marco del tiempo es la economía.
-¡¿La economía?!
-Sí, por supuesto. La economía influye, en mi opinión, decididamente en la vida amorosa de una pareja que ha adoptado el compromiso de una vida en conjunto. Veamos la cuestión mejor con ejemplos: dos personas que tienen expectativas de una vida digna, que tienen deseos de crecer en lo material y espiritual, que tienen sueños y esperanzas, que poseen voluntad para alcanzar las metas propuestas, ante un sistema poderoso e impertérrito, que no les permite avanzar en sus propósitos, seguramente tendrán reacciones.
-¿Cuáles?
-Serán diversos sentimientos que irán primero de la desazón, luego a la pena y después a la indignación y el enojo. El enojo primero será con el sistema, pero considero probable, muy probable, que el enojo se infiltre, como un espectro en la noche, aun cuando los amantes no lo quieran, en la vida amorosa de la pareja. El enojo no dominado puede causar estragos, y todos saben que una persona enojada con algo o con alguien posee un estado de irritabilidad, de excitación mental, que lo hace reaccionar de una forma inadecuada con el resto del universo. Pero la influencia del aspecto económico sobre el enamoramiento no se agota aquí.
-¿No?
-Y no, porque puede suceder también que uno de los protagonistas de la pareja comience a enamorarse de las propuestas que tiene la economía, que le preste más tiempo, espacio y atención a tales propuestas que a su amante.
-Cuestión bastante frecuente, ¿no?
-Opino que es una característica de la sociedad consumista. No se consume sólo un celular, un auto más nuevo, muebles más lujosos, sino que la sociedad consumista tiene una particularidad...
-¿Cuál?
-El consumir fama, poder, gloria. Y esto no es patrimonio sólo de grandes dirigentes políticos, de artistas o de ejecutivos. Estos tres fantasmitas -que pueden convertirse en verdaderos demonios cuando se los busca con afán para rendirles culto- tientan a todo el mundo y en todos los ámbitos. Y el culto que se les rinde a ellos significa una energía que se le quita al amor. Pero en el artículo que usted leyó de la psicóloga Florentino, que seguramente abunda en otras cuestiones, se hace mención al respeto y esto es relevante a la hora de convivir. Respeto, por ejemplo, por las prioridades en la vida.
Candi II
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"Se van a quedar con los sellos, las siglas y el escudo, pero también con el fracaso"
Julio Cobos
Gobernador mendocino, referente de los radicales “K”
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