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lunes,
21 de
agosto de
2006 |
Le toca jugar a Gorosito
Alejandro Cachari / La Capital
El partido de Central ante Banfield dejó algunos mensajes estratégicos que prescinden del resultado final. En la semana Gorosito había sugerido que estaba muy cerca del equipo que buscaba. Aquí debe hacerse una disquisición: es probable que los nombres sean los que el entrenador pensó pero también es evidente que el funcionamiento fue muy similar al de los partidos anteriores. Si bien podría considerarse que el viernes existió una leve mejoría, todavía no alcanza para suponer que los canallas tendrán el giro futbolístico que necesitan en la próxima fecha.
Algunas consideraciones que Pipo debería tener en cuenta:
4 Damián Ledesma: Es indudable que el rendimiento de Chirola es diferente jugando de último hombre que de seis. De último, se acomoda mejor aunque su rendimiento nunca dejó de ser bajo. Con Garcé en la cancha está obligado a jugar de seis y el perfil lo perjudica. Con Azconzábal es exactamente al revés. No debería descartarse la fórmula Garcé-Azconzábal.
4 Juan Manuel Azconzábal: Al Vasco le cuesta una enormidad jugar como marcador de punta por su envergadura física.
4 Hernán Encina: El Sapito no siente la posición de enganche. Por más que lo intente y su juego sea vistoso, a Central no le rinde. Eso no significa que deba quedar afuera.
4 Darío Conca: Demostró en un puñado de minutos que merece lo más rápido posible una chance como titular. Allí se podrá comprobar si la palpable mejoría de Central cuando él ingresa está vinculada directamente con su juego o con el desgaste que ya tienen sus rivales.
4 Juan Ojeda: El Chelo fue el más sobrio de los tres en esta inédita propuesta de Gorosito de poner a tres arqueros diferentes en tres partidos continuados sin que existan razones sanitarias para hacerlo. Todo parece indicar que es el elegido para la titularidad. Aunque por precaución periodística habrá que esperar hasta el viernes para saber si la saga del arquero tiene un capítulo más.
Como quedó dicho más arriba, el resultado frente a Banfield, el primer punto del torneo para Central, es lo menos trascendente de la era Gorosito. No porque el punto no vale sino porque los síntomas de mejoría no tienen mucho más margen que el ya utilizado. Aquí se produce una contradicción, porque antes de jugar contra Banfield lo más importante era no perder sea como sea. Lo cierto es que la escasa performance canalla vincula directamente al rendimiento con el resultado.
Cualquiera que se deje arrebatar por las imágenes del complemento ante Banfield bien podría deducir que el equipo que terminó jugando es el que debe comenzar ante Lanús. Más Rivarola, claro. Pero la cuestión no es tan sencilla. Garcé salió por lesión y no por bajo rendimiento, y Encina jugó en una posición incómoda. A Wanchope le falta estado físico, lo que para su contextura es fundamental. Alvarez y Castellano tienen escasas chances. A propósito, nadie comprende demasiado por qué jugó Castellano en la primera fecha y menos aún por qué salió en la segunda. Tampoco cuáles son los motivos del reemplazo de Alvarez para la tercera. Allí existe un punto de conflicto importante. Para los arqueros la continuidad es fundamental y para los defensores tener atrás siempre al mismo compañero es lo más recomendable.
Por todo esto, llegó el momento de tomar decisiones duraderas porque el tiempo apremia y los puntos no abundan. La pelota la tiene Gorosito.
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Central tiene mucho por mejorar.
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