Algo de oxígeno

Central rescató el primer punto con un penal

Alejandro Cachari / Ovación

Resulta bastante complicado hacer una extracción futbolística de un equipo que está influenciado mucho más por agentes exógenos que por lo que pasa dentro de la cancha. A partir de este análisis bastante más abarcador que la relación con la pelota, bien puede aceptarse que Central terminó redondeando un resultado que le permite cortar una sequía que ya asfixiaba. Por eso, es aceptable el empate. Por eso mismo, es casi insignificante el análisis futbolístico. No obstante, de la relación con la pelota, poco y nada.

Central fue una extensión de sus dos actuaciones anteriores en algunos aspectos: es imposible encontrarle un patrón de juego, se descompensa fácilmente cuando le sacan la pelota, es endeble defensivamente cuando lo agarran de contra porque casi siempre está mal parado. Y hay varios ítems más: Encina no es enganche y no funciona como tal, los delanteros no son asistidos en la medida en la que lo necesitan y por tanto terminan convirtiéndose más en recuperadores que en definidores. Central no tiene un dueño dentro de la cancha. A pesar del Kily y del Chacho, que de esas cuestiones saben bastante.

Cómo será de ciclotímico el equipo, de poco nutritivo futbolísticamente hablando, que la figura canalla se termina gestando a partir de una actuación apenas correcta de Villagra, a quien le sobró entrega, ganas y audacia para sobresalir. De más está decir, que el penal que le cometió Talarico terminó transformándose en su aporte más trascendente a la causa de la resurrección futbolística auriazul. El aire hubiera sido irrespirable en la semana previa al partido con Lanús, si Central soportaba una nueva derrota.

Un par de anticipos de Ruben, generalmente de cabeza, un balazo del Kily González en el travesaño, un rebote que tomó Wanchope, el penal y un mano a mano de Coudet, en el epílogo, conformaron el aporte de Central a un partido aburrido, anodino, chato y de poca jerarquía.

Banfield se había puesto en ventaja a los 61' con una jugada de pelota parada: elemento inexistente por ahora en el bolso de los recursos canallas. Matute Morales, parado como diestro, amagó un centro que al final metió Andrizzi, de zurda, con una rosca terrible. Sólo era necesario que alguien la rozara para que se metiera en el arco. Y Azconzábal fue la víctima elegida por el destino.

Una desprolijidad táctica más de Villagrita le permitió al equipo de Gorosito conseguir su primer punto en el torneo y en su ciclo. Con el partido casi cerrado, volvió a desnudar su punta y se mandó hasta el fondo. La inexperiencia de Talarico hizo el resto. Penal inobjetable que el Kily González cambió por gol mediante un zurdazo fortísimo más cerca del travesaño que del piso.

Punto y aparte. Poco de fútbol, algo de oxígeno y varias cosas por trabajar.

El Kily convierte el penal del empate.