Himno de corazón

Los argentinos se hicieron sentir en Francfort con su aliento

Los simpatizantes argentinos fueron minoría por primera vez en suelo teutón. Es que en el imponente estadio de Francfort hubo cerca de 30 mil holandeses. Pero igualmente los albicelestes se hicieron sentir con su aliento permanente y nuevamente dieron una verdadera lección sobre pasión futbolera, provocando que el seleccionado nacional se sintiera local nuevamente en Alemania.

  “Y ya lo ve, y ya lo ve, somos locales otra vez”, comenzaron a gritar a los cuatro vientos los argentinos cuando se cumplía la primera media hora de juego. Cualquiera que ingresara en ese momento al estadio hubiera pensado que los gritos de aliento provenían de la mayoría naranja.

  Pero no era así, ya que desde el primer minuto, con el conocido hit “que esta barra quilombera no te deja de alentar”, los que se rompían las gargantas alentando eran los fieles argentinos.

  Los de celeste y blanco eran claramente minoría. Pero el seleccionado argentino fue local. Como ocurrió en los dos partidos anteriores de este Mundial.

  Mientras en las tribunas la princesa de Holanda, la argentina Máxima Zorreguieta, mantenía siempre una sonrisa de oreja a oreja, acompañada por el príncipe Guillermo, los hinchas de la celeste y blanca armaron un verdadero carnaval.

  Pero la fiesta argentina comenzó antes de que se abrieran las puertas del estadio. Y se extendió con el pitazo final del arbitro español por las calles de Francfort, donde los albicelestes siguieron festejando y cantando como si estuvieran en su propia tierra.

A puro bombo. El Tula alienta a la selección rodeado por hinchas holandeses y argentinos.