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jueves,
22 de
junio de
2006 |
Palmas para el equipo de José
Los rosarinos se mostraron satisfechos con la actuación de Argentina ante Holanda
Lucas Vitantonio / Ovación Mundial
La selección juega bien y en la cancha están los jugadores que pide la gente. Así es un placer sentarse frente al televisor para ver en acción al equipo de José. En la tarde de ayer los rosarinos volvieron a quebrar de un hachazo la rutina laboral y vaciaron las calles de la ciudad para colmar las butacas de las mejores plateas del Mundial a la distancia: los bares. El “vamos, vamos, Argentina” volvió a ser el himno compartido por todos, sin excepción, tengan en el DNI 1 ó 99 años.
Niños luciendo el uniforme escolar del jardín acompañados por sus padres, grupos de jóvenes ausentes con aviso del colegio y hasta señoras de las seis décadas cubiertas de maquillaje repitieron el ritual de copar los bares para no perderse ningún detalle de la tercera presentación albiceleste.
Esta vez el rival era Holanda, en la previa el escollo más complicado. Pero la gente siguió el partido con tranquilidad, con la convicción de que el equipo atraviesa un buen momento y que no era una utopía ver las paredes de Messi, Tevez y Riquelme.
Para los rosarinos fue una bendición que el Mesías jugara por primera vez de titular. Aplaudieron de pie cada vez que desparramó a sus rivales y se escucharon palmas de aliento cuando la Pulga no pudo terminar de hilvanar alguna puntada final. Otro que despertó admiración y gritos de aprobación fue el indomable Carlitos, que ayer le demostró al mundo chapa de crack.
Al final del partido el público despidió al equipo de pie y con aplausos, satisfechos con lo que entregaron en la primera fase y con la ilusión de que la selección apunte la proa definitivamente a la obtención del título. El próximo escalón será México, en la tarde del sábado y por octavos de final. Pero hasta ese partido está bárbaro que la gente disfrute.
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