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 jueves, 22 de junio de 2006  
Amenaza. Varios expertos estiman que en cualquier momento se podría producir un movimiento de placas tectónicas
Creen que California será sacudida por un gran sismo dentro de poco
La tensión acumulada durante más de dos siglos en la falla de San Andrés suscita los peores pronósticos

El extremo sur de la falla de San Andrés, en California (EEUU), cerca de Los Angeles, lleva sin liberar energía prácticamente dos siglos. Esa situación ha provocado que la falla esté acumulando una gran cantidad de tensiones, lo que podría generar un terremoto de gran intensidad en cualquier momento, según han advertido científicos estadounidenses en un estudio publicado en la última edición de la revista especializada Nature.

Los expertos estiman que un sismo en la parte sur de la falla de San Andrés, de una magnitud de 7,6 o más, podría matar a miles de personas en la zona densamente poblada de Los Angeles, además de causar miles de millones de dólares en daños.

Según han determinado los científicos gracias a medidas tomadas con un radar de interferometría de apertura asimétrica, la falla se ha movido 14 milímetros anuales desde 1992, lo que supone un total de unos 11 centímetros en ocho años. "Si ha habido ese movimiento y no se ha producido ningún terremoto, la tensión acumulada tiene que salir por algún lado", explicó Emilio Carreño, del Instituto Geográfico Nacional, de EEUU.

La falla de San Andrés, de 1.300 kilómetros de largo, es mundialmente conocida por los terremotos que se han producido en ella, marcando una cicatriz en California. En 1906, en la zona norte de la falla, un sismo dejó tres mil personas muertas.

En 1690, un sismo se produjo en el sector sur -de 160 kilómetros de largo- que atraviesa el sur californiano desde San Bernardino, al este de Los Angeles, hasta cerca de la frontera con México. El terremoto, de una magnitud estimada en 7,7 grados, dejó pequeños datos porque no había habitantes en la región.

Pero los científicos saben muy poco acerca del aletargado sector sur.

Según Yuri Fialko, responsable del Instituto de Oceanografía de La Jolla, en California, no falta demasiado. "Los índices de tensión acumulada que hemos medido confirman que la región sur de la falla puede estar al final de la fase intersísmica del ciclo de terremotos", señaló.

Un movimiento lateral de entre siete y diez metros, lo estimado por los científicos, supondría un terremoto "masivo", mayor incluso que el que destruyó la ciudad de San Francisco en 1906, que provocó una fractura de la falla en la zona norte de 6,4 metros.

Cuando hay un terremoto importante en una zona de contacto entre placas tectónicas -en este caso, entre la del Pacífico y la de América del norte- los sismólogos, a partir de registros, calculan la energía del terremoto, lo que se denomina el momento sísmico.

Cuando el terremoto es grande, se obtienen datos como las dimensiones de la falla y qué trozo de ésta se ha roto. En el caso del último sismo de Argelia, por ejemplo, científicos españoles de la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto Geográfico Nacional calcularon que la distancia entre la placa africana y la europea se mueve a 2,7 milímetros anuales. En el caso de Alhucemas, tras el terremoto la falla se desplazó 6 décimas de milímetros durante un año.


Inminente
Fialko admite que la inminencia de un gran terremoto es la posibilidad que parece acercarse más a la situación actual de la falla de San Andrés. Los cálculos de los científicos, hechos superponiendo imágenes de la zona tomadas por los satélites ERS y Envisat a modelos digitales del terreno, de gran exactitud, permiten detectar cualquier desplazamiento vertical de la falla.

La falta de movimiento durante 250 años de esta zona de la falla podría explicarse si se hubieran producido pequeños movimientos sísmicos de forma periódica que hubieran liberado algo de energía, "pero algo así no se ha detectado", aseguró Fialko.

En las otras zonas de la falla, cuando la presión se ha ido acumulando, ha terminado por desencadenarse un gran sismo, que en algunos casos ha provocado daños catastróficos en la zona. (AP)
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Extremo sur de la falla de San Andrés, California, de unos 1.300 kilómetros de largo.

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