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| miércoles,
03 de
mayo de
2006 |
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71 rosas rojas
La blonda periodista radial aún no sale de su asombro y se sigue preguntando quién fue el gentil caballero que la agasajó enviándole 71 rosas rojas. El viernes pasado, como todas las mañanas, la joven reportera llegó muy tempranito a la emisora donde trabaja y su sorpresa fue mayúscula. En la recepción había un hermoso ramo de flores destinado exclusivamente a ella. Era tan grande el obsequio que no cabía en sus brazos y, dicen algunos testigos, que junto a un par de compañeros se pusieron a contar una a una las flores. Eran 71. Los cabuleros sostienen que nada tiene que ver con su correspondencia con los sueños. Ni mucho menos con la edad del remitente. En realidad, parece ser que eran todas las que había en la florería al momento de ser encargadas. Tamaño problema le originó a la rubia semejante regalo. ¿Cómo iba a caer a su casa con tantas flores? ¿Quién le creería que era un obsequio de algún embelesado oyente? Así fue que las repartió entre todos sus compañeros de la radio y aprovechó el fin de semana largo para deducir qué mano firmó la tarjeta con un nombre de cuatro letras cuya inicial es J.
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El sillón presidencial
Grande fue la sorpresa que se llevó el mandatario de Villada, el ex jugador de fútbol José Luis Giuliani (apodado Culi), cuando tuvo que hacerse cargo de la comuna el año pasado tras veinte años de hegemonía radical liderada por el polémico Angel Pizzichini. Sucede que el ex futbolista, exquisito por cierto y que deslumbrara en las canchas del sur santafesino, no salía de su asombro ante el desorden en las cuentas públicas. Es que no sólo heredó una comuna "saqueada" según sus propios términos sino que también hubo un hecho que le llamó la atención. Cuando don Angel se retiró de la presidencia comunal se llevó a su casa un preciado tesoro, al menos para él. Con Pizzichini no sólo terminaron veinte años de gobierno sino que también se apropió del ansiado sillón presidencial que hoy seguramente descansará en algún rincón de su hogar. ¿Lo devolverá?
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¿Sandrini en el Congreso?
El veterano periodista que sobrevivió a dos golpes militares con el consecuente cierre del Congreso de la Nación y que cubrió sus períodos de sesiones desde el 73, desgranaba entretelones y escándalos de la vida parlamentaria cautivando al auditorio convocado por la Asociación de Cronistas Parlamentarios que reunió mayoritariamente a estudiantes rosarinos de periodismo. El viejo periodista, como se denomina a sí mismo Armando Vidal, muy recordado por haber sido el denunciante del célebre "diputrucho", no dudó en afirmar que el actual Congreso nacional ha perdido figuras memorables por su oratoria y capacidad de trabajo. Y nombró entonces a Héctor Polino, Rivas y Alberto Natale. Sostuvo que lo más importante que había hecho Agustín Rossi fue pedir perdón a uno de sus pares en pleno recinto, algo realmente inusual. Y del socialista Binner dijo que es lo más parecido a Luis Sandrini, no por su humor sino por su aspecto físico. Los veteranos sonrieron por la ocurrencia. Pero los veinteañeros se miraron entrañados porque no entendían de quién se trataba. Habrá que actualizarse a la hora de hacer comparaciones. |
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Instantáneas del Nunca Más
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La Ciudad
