Fuerte embestida de la Argentina contra el presidente uruguayo.

El gobierno duda de la autoridad de Tabaré Vázquez para frenar a las papeleras

Le adjudicó mayor poder de decisión al responsable de Botnia y culpó a Montevideo por el fracaso diplomático

La áspera relación que mantienen los gobiernos de Argentina y Uruguay por el conflicto de las papeleras siguió sumando ayer contrapuntos: el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, coincidieron en que el presidente oriental, Tabaré Vázquez, "no tiene poder" sobre la empresa de celulosa Botnia para resolver el tema.

Los funcionarios culparon al gobierno uruguayo del "fracaso" de las negociaciones por la vía diplomática, que Montevideo dio el viernes pasado por cerradas, y deslizaron que la firma finlandesa es la que toma "las decisiones de fondo".

El titular de la cartera de Interior propuso, con ironía, una reunión entre el presidente argentino y el responsable de Botnia, Erkki Varis. "¿Qué sentido tiene que se junten Néstor Kirchner y Vázquez?", inquirió, al considerar que los primeros "son los únicos que pueden tomar decisiones de fondo".

Por su parte, el jefe de Gabinete atribuyó el "fracaso" de las negociaciones a que "Uruguay no pudo contener el reclamo de Botnia". E insistió en que presentarán una "medida cautelar" ante la Corte de Justicia de La Haya.

"La salida fracasó porque, evidentemente, en Uruguay no pudieron contener el reclamo de Botnia", señaló Fernández, quien también lanzó una dura advertencia: "Uruguay y Botnia pagarán las consecuencias de la desatención que han tenido para con las normas internacionales" de medio ambiente.

Fernández repartió responsabilidades por el fracaso de la cumbre presidencial entre Kirchner y Vázquez, quienes necesitaban como base para un acuerdo el levantamiento de los cortes de ruta por parte de la Argentina y la suspensión por 90 días de las obras en Fray Bentos.

Montevideo dio por cerradas las negociaciones por la vía diplomática y anunció que recurrirá al Mercosur para denunciar el corte de ruta que los ambientalistas entrerrianos reiniciaron el pasado miércoles en Gualeguaychú.

La medida de los asambleístas se decidió luego de que Botnia comunicara que la paralización de las obras en territorio uruguayo sería sólo durante diez días.

"Por encima de lo ampuloso que pueda resultar la declaración de Uruguay, es una obviedad lo que se dijo ya que, evidentemente, el diálogo no fructificó porque no pudieron contener la decisión de Botnia", reiteró.

Uruguay solicitó una reunión del Consejo del Mercosur, integrado por los cancilleres y ministros, para "el 18 ó 20 de abril" próximos y planteará una queja ante La Haya en procura de la apertura de una nueva instancia que permita resolver el conflicto.

Ante el hecho consumado, el canciller Jorge Taiana lamentó "la intransigencia de Botnia", al tiempo que le otorgó la principal responsabilidad por el desenlace del diferendo.

Taiana manifestó, además, que "la Argentina seguirá avanzando en la preparación de la defensa de sus derechos ante La Haya, para lo cual la habilita el Estatuto del Río Uruguay".

La Argentina es presidente pro témpore del Mercosur y, según se constató en Cancillería, en primera instancia no hay "predisposición" para darle el curso "urgente y extraordinario" a la reunión del Consejo que pidió Uruguay.

En tanto, el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, coincidió con el ministro del Interior y el jefe de Gabinete: "Pareciera que Botnia tiene superpoderes". No obstante, llamó "a la reflexión" a los ambientalistas (ver aparte).

Los asambleístas de Colón aseguraron que la ruta internacional 135, por la que se accede al puente General Artigas, que comunica con Paysandú, "continuaría liberada hasta las 21 del martes, cuando se reúna la asamblea".

"Esperamos señales aún pendientes del gobierno", enfatizó Gisela Eberle, integrante del movimiento. Para la tarde de hoy se prevé una caravana de vehículos por la ruta nacional 14, que confluirá en Gualeguaychú, donde el corte (ruta internacional 136) continúa por quinto día consecutivo.

El presidente uruguayo fue duramente criticado por altos funcionarios del Ejecutivo.