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| domingo,
02 de
abril de
2006 |
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La Biblia y el calefón
La producción del programa Los Notables, toda una tradición en LT8, anunciaba ayer el tratamiento de un tema verdaderamente importante: la educación pública. Pero antes de darles el micrófono a la ministra del área y a una periodista especializada, el presentador anunció la presencia de una visita inesperada, que poco tenía que ver con el asunto. Fue entonces cuando apareció en escena el inefable Raúl Castells. El piquetero abrió el programa con un pedido de disculpas a los responsables del ciclo por no haber podido aceptar varias invitaciones para estar en el programa. Y antes de despedirse pidió permiso para pasar un chivo: invitó a todos los leprosos a juntarse hoy a las dos de la tarde en el Palomar para "marchar" hacia la cancha de Central. En fin.
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Para unos genial y para otros fatal
La bronca de los capitalistas de juego tenía su razón de ser. Es que el relator de fútbol que transmitió hace dos semanas el partido Olimpo-Newell's hizo una sugerencia fatal. Tomando en cuenta el peculiar hecho de que los rojinegros habían convertido los dos goles (el partido terminó 2-1 a favor de la Lepra) a los diecisiete minutos del primero y segundo tiempos, el hombre del micrófono hizo un razonamiento de pura estirpe timbera: había que jugar al 217 a la cabeza, sin dudar. Y claro, muchísimos hinchas del equipo del Parque hicieron caso de tan sesudo análisis y apostaron fuerte a ese número. Lo interesante fue que al día siguiente esa fue la cifra ganadora. En fin. No fueron pocos los que pensaron que hubiera sido mejor que el relator se guardara la idea para él solo. Y otros, en cambio, le quedaron en extremo agradecidos.
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La poesía y los bares, alianza indestructible
Mientras el incansable Gary Vila Ortiz sigue haciendo de las suyas y la semana pasada presentó en un boliche el último de sus proyectos editoriales-la publicación "La buhardilla de papel", cuya autoría y hechura comparte con Enrique Gallego-, los poetas se preparan para volver a invadir los bares de la ciudad con propuestas irreverentes. Liderados por Hugo Diz, quien está feliz con la llegada de los primeros frescos porque así pudo sacar del placard su famosa campera de cuero, los goliardos vernáculos amenazan este año con hacer cambios revolucionarios. Y un rumor no cesa de circular en los siempre inquietos ambientes de la lírica, donde las mujeres ya son mayoría: se dice que este año la sorpresa del tradicional ciclo pasará por uno de los coordinadores, vastamente conocido por su aversión a la formalidad (y otras cosas). A preparar las orejas, entonces. Esto no es verso. |
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"El país necesita un ejército de jueces"
Eugenio Zaffaroni
Integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
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Instantáneas del Nunca Más
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