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 domingo, 26 de marzo de 2006  
Nuevo bochorno de la izquierda "dura"
Las Madres Línea Fundadora y las Abuelas no se dejaron usar y negaron haber firmado un documento sin consenso

Rodolfo Montes / La Capital

Insólito, pero real. Creer o reventar. Los partidos de la izquierda dura (integrados en la coordinadora "30 años de lucha, memoria, verdad y justicia"), junto a más de 300 organizaciones que armaron el acto, se enfrentaron a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo e Hijos en el escenario del acto realizado el viernes pasado, y con 100.000 personas como testigos. ¿Habrán supuesto que la multitud se congregó frente a la Casa Rosada convocada por esas pequeñas fuerzas políticas sin votos? Se equivocaron groseramente.

La locutora leyó un soporífero documento que opinó, con poco rigor, sobre decenas de temas nacionales e internacionales y atacó obstinadamente la política de Néstor Kirchner.

Los que estuvieron cerca del escenario y lograron ver y escuchar (fueron los menos), perdieron la paciencia. "¡Que hablen las madres, la puta que lo parió!", desafió la agrupación Hijos.

La puja creció y las Madres se levantaron de sus sillas con bronca. Otra locutora siguió, sorda y ciega, con sus diatribas antikirchneristas, hasta que Martha Vázquez (presidenta de Madres Línea Fundadora) tomó el micrófono y desautorizó el extenso documento: "Nosotras no lo firmamos". La frase remató una intervención concisa, improvisada y muy celebrada por todos. (Ayer también la CTA salió a aclarar que no lo firmó).

El acto se partió por una rápida intervención de las Madres. No se dejaron usar y resolvieron sobre la marcha una tensión difícil. Pero la necedad de los que tenían el control de los micrófonos no se detuvo.

Ya descalificados por las Madres, intentaron continuar con un discurso sin consenso. Fueron abucheados por Hijos y la JP. Las viejitas invencibles de pañuelo blanco se fueron. Otro bochorno de los duros, que en nada favorecen a las mejores tradiciones de la izquierda, se había consumado.

Las Madres de Nora Cortiñas (ayer habló de "provocadores") y las Abuelas de Estela de Carlotto ("Hay quienes todavía no transitan el camino democrático", dijo) habían rechazado la invitación del gobierno a participar junto al presidente del acto oficial en el Colegio Militar de la Nación.

Porque no quisieron pecar de oficialistas, por una antigua inquina con Hebe de Bonafini (presente en El Palomar y hoy muy cercana a Kirchner) y por la convicción de no integrarse con militares aún no juzgados y en sus propios territorios.


La conjura de los necios
Cortiñas y Carlotto optaron por la variante no oficialista. Y casi fueron rozadas por el intento de conjura de los necios, los duros. Pero dieron un golpe de cintura y zafaron.

Las estrellas rutilantes del acto realizado en la plaza fueron los desaparecidos, las Madres e Hijos. Y también la multitud suelta, no encuadrada, hacedora del espectáculo masivo. Los que pusieron las miradas severas, la emoción contenida, los ojos húmedos y las palmas que explotaron de aplausos.

Sumaron 100.000 los que se movilizaron con el objetivo de repudiar el golpe de Estado de 1976, por los desaparecidos y para celebrar la existencia de esas mujeres invencibles.

El documento de la discordia, que ocupó casi 30 minutos de lectura y no contó con el consenso de los principales organismos de derechos humanos, contrastó con otro texto, también leído en el inicio del acto: la carta del periodista y escritor Rodolfo Walsh a la junta militar del 24 de marzo de 1977.

Walsh, un día antes de ser asesinado, escribió: "El primer aniversario de esta junta militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, lo que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades".
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