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 domingo, 26 de marzo de 2006  
Organizaciones estudiantiles boicotearon una reunión con Villepin.
El gobierno francés suavizará los puntos álgidos de la ley de empleo
El primer ministro galo insistió en que el CPE no sustituirá los contratos indefinidos, sino los temporales

París.- Por primera vez en el conflicto surgido en Francia por la reforma del derecho laboral, el premier Dominique de Villepin evidenció una voluntad de acercamiento a los grupos opositores, señalando que desea "una solución rápida en el marco del diálogo". Al referirse al Contrato de Primer Empleo (CPE) -una ley que prevé un período de prueba de dos años para los recién contratados menores de 26 años, durante el cual pueden ser despedidos sin necesidad de justificación alguna y sin el pago de indemnización-, el premier señaló que el Estado debería financiar tres meses de formación a cada joven que resulte despedido bajo esta normativa.

Anteriormente, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, había hecho un llamamiento al gobierno y a los sindicatos para que logren un acuerdo.

Villepin propuso suavizar los puntos más críticos de su contrato de trabajo en una reunión con las organizaciones de estudiantes a la que no acudieron las opuestas a ese nuevo dispositivo laboral, que exigen su retirada antes de empezar a negociar. La ley del CPE fue aprobada por el Congreso pero aún no promulgada por el presidente Jacques Chirac.

Unicamente dos asociaciones estudiantiles de seis asistieron a la reunión con Villepin. Los otros cuatro gremios estudiantiles sólo acudieron a la residencia del primer ministro para entregarle una carta, que leyeron a la prensa, y en la que le recuerdan que el retiro de la polémica reforma laboral es la condición previa para iniciar discusiones. Los estudiantes dijeron a la prensa que estaban molestos porque Villepin manifestó que estaba preparado para hablar sólo de cambios a la ley, pero no de su anulación.

Al término de la reunión, Villepin explicó que quiere responder a las dos grandes preocupaciones de los jóvenes sobre el CPE: los dos años de período de prueba y la ausencia de justificación por la empresa para despedir al menor de 26 años que esté bajo este nuevo régimen laboral.


Becas y subsidios
La primera propuesta del premier es que "en caso de ruptura del contrato por parte de la empresa, si el joven opta por una formación, el Estado le garantizará un subsidio durante tres meses". Así, lo intentó explicar el jefe de gobierno conservador es que el CPE no sustituirá a los contratos indefinidos, sino a los temporales y dijo que las asociaciones de estudiantes participarán en la evaluación del dispositivo, cuando hasta ahora sólo se contemplaba la implicación de los sindicatos de trabajadores.

También anunció que las becas de los estudiantes se prolongarán más allá de la obtención de los diplomas, y hasta que los jóvenes encuentren su primer empleo, un dispositivo que se aplicará desde los próximos meses para que se puedan beneficiar los estudiantes al terminar el actual curso escolar.

La presidenta de la Confederación de Estudiantes, Julie Coudry, se quejó de que la actitud de Villepin de querer discutir tomando como base el CPE es "grave" y "una tomadura de pelo" porque "en la situación en la que está Francia alimenta las tensiones sociales. Es escandaloso. Es una provocación", agregó.

Villepin, consciente de haber sufrido una erosión de popularidad por su actitud inflexible sobre el CPE, invitó a una nueva reunión a los sindicatos de estudiantes la semana próxima "para progresar" sobre sus propuestas, mientras que las cuatro asociaciones opuestas al CPE lanzaron un llamamiento a jóvenes y mayores para que participen en la jornada de huelga el próximo martes.

El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy -aunque reiteró su apoyo al jefe del gobierno galo y pidió a sus opositores que aprovechen su mano tendida porque "nadie saldrá ganando" sin un compromiso- también criticó implícitamente el contenido del CPE. Sarkozy señaló que "la situación no se desbloqueará con políticas segmentadas y orientadas a una u otra categoría de franceses que se creen por eso estigmatizados", en alusión al nuevo contrato, dirigido únicamente a los jóvenes de menos de 26 años.

En el frente sindical -que el viernes participó en un diálogo con Villepin y se mantiene unido en su exigencia de retirada de la ley y en la convocatoria del huelga del próximo martes-, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Bernard Thibault, reprochó ayer al gobierno estar intentando "ganar tiempo".
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La juventud francesa rechazó en las calles la polémica reforma laboral.

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