Hallan en Perú la tercera catarata más alta del mundo

La cascada Gocta mide 771 metros y está en el corazón de la selva de Chachapoyas, a 770 kilómetros de Lima

Un explorador alemán descubrió en Perú, con la colaboración de un grupo de investigadores del país, la tercera catarata más alta del mundo, con 771 metros, sólo superada por el Salto del Angel (Venezuela, 972 metros) y Tugela Falls (Sudáfrica, 948).

La catarata, bautizada como Gocta -por la población más cercana-, se puede divisar a un kilómetro de distancia y se ubica en el corazón de la provincia de Chachapoyas, a unos 770 kilómetros de Lima.

El descubrimiento convierte a la zona en un atractivo turístico que se suma a la fortaleza prehispánica de Kuelap. Estos restos arqueológicos son considerados la prueba de la destreza de los Chachapoyas, un pueblo que habitó entre los años 1.000 y 1.400 sin ser conquistado por los incas.

Para llegar a la catarata de Gocta se debe atravesar el pueblo de Cocachimbo por caminos de tierra, por lo que las autoridades esperan el apoyo del gobierno para crear un enclave turístico que permita el fácil acceso a la zona. La intención es que el área que rodea a la catarata se convierta en una reserva natural, por las valiosas especies de flora y fauna que cobija.

La cascada no figura con nombre en plano alguno y hasta la fecha, por su lejanía, llamó muy poco la atención. El alcalde de Chachapoyas, Oscar Enrique Torres Quiroz, resaltó la trascendencia del descubrimiento, remarcando que consolida el posicionamiento de esa provincia como un destino turístico excepcional.

El explorador alemán, que trabaja actualmente en un proyecto con la Empresa de Agua Potable de Amazonas (Emusap), se percató de la catarata en 2002 al explorar unos sarcófagos ubicados al margen opuesto del valle Utcubamba, en la provincia de Luya-Lamud, junto a su compañero Kai Kümmel.

Desde ese momento soñó con visitar esta catarata de dimensiones colosales. Posteriormente concretó dos expediciones acompañado de Sheila Falen Alvarado (de 25 años) y guiados por Telésforo Santillán (de 60), del caserío Cocachimba. En ese viaje llegó a calcular las medidas de la base de la catarata y su altura aproximada.

Posteriormente los mismos expedicionarios, con el apoyo del topógrafo de la municipalidad de Chachapoyas, Carlos Santamaría Tejada, y del ingeniero Teony Alva Vives tomaron las medidas exactas de la catarata el el 26 de febrero, determinando su altura en 771 metros, con un margen de error de 13,5 metros.

La catarata está a cinco horas de caminata por un extenso valle de bosque de neblina virgen, desde el pueblo de Cocachimba, en cuyo entorno se aprecian 22 caídas de agua, algunas de una belleza impresionante, sobre todo en épocas de lluvia.