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 domingo, 05 de marzo de 2006  
Brasil: Un paraíso tropical
Isla Grande está ubicada en el estado de Río de Janeiro. Playas y colinas rodeadas de belleza natural

Fabiana Monti / La Capital

En algún momento paraíso e infierno convivieron en un mismo lugar, en la mismísima Ilha Grande, ubicada en el estado de Río de Janeiro, Brasil. Rodeada de playas tropicales, durante 54 años funcionó primero un hospital y luego una cárcel. Pero siempre fue el mar el que le dio vida a este paraíso que conserva su belleza natural. Para acceder a este maravilloso lugar, se puede hacerlo únicamente cruzando en ferry desde Angra Do Reis.

El camino es digno de atravesarse porque en ese recorrido se avistan un sinfín de islas tropicales vírgenes, pobladas de naturaleza y arenas brillantes. Al arribar a la Ensenada de Abraao, la playa principal, se respira paz: no hay autos, las calles son de arena, y en medio de sinuosas colinas se divisan una serie de casas, hosterías y bungalow preparadas para el visitante que desee llenar sus pulmones de aire marino.

Recorriendo la costa principal, además de una clásica capilla de líneas simples y muy blancas, se ubican las casas de los pescadores, nativos del lugar, que suelen ser los encargados de contar la historia de la vieja prisión, hoy convertida en un par de muros derruidos en medio de una frondosa selva (ver aparte).


Lo que da el mar
Una imagen que queda impresa en la retina del viajero es por las mañanas, bien temprano, cuando desde el embarcadero zarpan los pescadores en busca de pescados y frutos de mar que luego serán ofrecidos en los distintos restaurantes que tiene la isla.

Pero su nombre también responde a las pequeñas playas que la conforman, como la Ensenada de las Estrellas, la Lopes Mendes, Santo Antonio, Ensenada Las Palmas, sólo por nombrar algunas, donde el viajero puede acceder a través de caminatas (con mucho protector solar) o paseos de barcos organizados en distintos horarios. Eso sí, lo importante, si se accede a esta última opción, es no perderse la última embarcación ya que o bien tendrá que pernoctar en medio de la selva o armarse un refugio en la arena.

Otra de las magias que ofrece la Ilha Grande son los atardeceres al son de la música brasilera ("ao vivo") y como dicen los lugareños acompañados por un "chopinho" (cerveza) bien "gelado" que calma la sed de este paraíso tropical.

Y si se aburre de tanta naturaleza, hay una feria de artesanías con productos regionales. El infierno desapareció y sólo hay paraíso para disfrutar.


Datos útiles
  • Qué se puede hacer: navegación a vela, caminatas ecológicas, paseos en "escunas" (románticas embarcaciones), snorkel, buceo y surf.

  • Cómo llegar: se puede viajar hasta Río de Janeiro, y después tomarse un micro para Angra Do Reis. El viajero tendrá que ser cuidadoso con las combinaciones, porque hay distintos horarios establecidos para cruzar en ferry. Otra cuestión a tener en cuenta es que en la isla no hay bancos ni casa de cambios y no se acepta más que los Reales, moneda nacional. Así que tendrá que proveerse del dinero necesario en el aeropuerto o en Angra. Más información en www.ilhagrande.com.arä

  • Historia: desde el año 1940 comenzó a funcionar donde lo hacía un viejo hospital el presidio Candido Méndez, donde se albergaban a presos comunes traídos de Angra, utilizados para realizar obras en las islas. Funcionó hasta 1994, y la isla no era apta para el turismo. Por eso ahora este paraíso virgen tiene toda su frescura para ofrecer al visitante.
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