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 domingo, 05 de marzo de 2006  
[Perfiles] - Truman Capote
Regreso con gloria
El gran autor de "A sangre fría" revive en el cine y en la literatura, con la publicación de una novela desconocida

Julieta Grosso

El film sobre Truman Capote que llegó esta semana a los cines porteños está inspirado en la correspondencia del autor de "Plegarias atendidas", que en los próximos días será reeditada junto a una novela juvenil de su autoría que hasta ahora permanecía desaparecida.

Siempre en los márgenes del exceso -y a veces incluso superándolos-, lo que distingue a Capote de cualquier otro gran escritor norteamericano es el desdoblamiento que le permitió ser parte de los chismes de la alta sociedad y, al mismo tiempo, tomar distancia de la superficialidad de sus compatriotas para dejar una de las obras más singulares y conmovedoras del siglo XX.

Desde los inicios de su carrera literaria, el autor de "A sangre fría" estuvo dotado de un oído infalible para captar la musicalidad de la lengua inglesa y para reproducir el habla de la gente, dos elementos a los que se le suma su habilidad para mezclar lo sórdido y lo poético, el jet-set y la marginalidad.

Alguna vez, Capote "presumió" de ser un genio, un alcohólico y un drogadicto. Estas dos últimas características no siempre estuvieron en él, aunque sí la pulsión que acabaría por entregarlo a esas adicciones: el miedo a ser abandonado, que se inició en su terrible infancia y lo acompañó hasta el final de su vida.

Nacido en Nueva Orléans en 1924 y fallecido en agosto de 1983 de una lenta y repetida sobredosis de licores y fármacos, el escritor vino a este mundo con el apellido Pearsons y varias frustraciones a cuestas, entre ellas una orfandad casi absoluta, que lo condenó a pasar la mayor parte de su infancia en Monroeville, con sus tías, mientras su madre -que había huido de su marido- se limitaba a mandar dinero para su manutención y algo de ropa por correo.


Una obra, una pesadilla
El pequeño Truman creció en la espesa geografía sureña rodeado de lecturas y personajes alucinados. Y cuando, por fin, su madre lo llamó para que su nuevo marido, Joe García Capote, cuidara de él y le diera su apellido, el escritor ya tenía varias certezas encima, entre ellas la necesidad de convertirse en escritor y una homosexualidad manifiesta que ni siquiera se había esforzado en ocultar desde niño.

"Capote", el film, arranca tiempo después de esa infancia a la deriva y se concentra en un episodio revelador, el que desencadenó la escritura de "A sangre fría", la novela que cambió su vida y en la que fundió realidad y ficción al convertir un suceso real -el asesinato de la familia Clutter- en novela.

Basada en una biografía escrita por Gerald Clarke, la película relata los días previos a la masacre brutal de la familia de Kansas y cómo el olfato del escritor hace que la noticia que aparecía perdida en los diarios adquiera rápida relevancia.

El film narra cómo un día de noviembre de 1959 el escritor parte con su amante y con su amiga de infancia Nelle Harper Lee (quien, luego, publicaría la célebre "Matar a un ruiseñor") para investigar los móviles de la masacre y allí conoce a los dos asesinos de la familia: Perry Smith (Clifton Collins) y Dick Hickock (Mark Pellegrino).

Lo que ocurrió entre Truman y los dos asesinos (que planificaron deliberadamente el exterminio de la familia Clutter) se cuenta en la biografía de Clarke y en el film, dirigido por Bennett Miller, pero lo que hubo en el fondo nunca se sabrá.

Capote desarrolló una especie de amistad con las dos víctimas, pero sobre todo con Smith, el más articulado de los dos culpables, y quizá hubo cierta tensión sexual, sobre todo por parte del convicto. En cualquier caso, estuvo allí durante el ahorcamiento, a su lado: "No hay día en que aquello no proyecte una sombra sobre mí", diría más tarde el escritor.

A partir de aquí, nada pudo ser como antes, y fue entonces cuando el alcohol, los tranquilizantes y la cocaína entraron en su vida. Capote murió sentado en la cama, con su amiga Joanne Carson a su lado. Se sintió mal y la mujer quiso llamar al hospital. "No, déjalo, no soportaría pasar otra vez por eso", le dijo el autor de "Música para camaleones". Horas después, sobrevino la muerte y el mito se agigantó para siempre.

Parte de las escenas previas a ese momento están relatadas en "Un placer fugaz", un libro que reúne en más de 600 páginas todo el epistolario de Capote y que la editorial Lumenc lanzará el próximo 10 de marzo en sintonía con el éxito del film.

Apenas tres días antes, llegará a las librerías "Crucero de verano", una novela de juventud que el autor escribió a los 19 años pero que decidió no publicar y que todo el mundo daba por perdida hasta que en noviembre del 2004 Sotheby´s anunció la subasta del manuscrito.
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Un oído sutil. Truman Capote.

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