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 domingo, 05 de marzo de 2006  
Panorama en el Congreso
La Casa Rosada disfruta de buenas noticias

Rodolfo Montes / La Capital

Con la sutileza de cuidar modo y tono de voz, Néstor Kirchner se salió varias veces del discurso escrito ante la Asamblea Legislativa. Fueron dos horas de lectura (45 carillas) a las que insertó apelaciones improvisadas, gestuales. De esos intersticios discursivos surgió el "ruego al amigo Tabaré" para detener por noventa días la construcción de las plantas de pasta celulosa. Un pedido virtuoso porque rompió el incómodo silencio presidencial en el conflicto -al fin se involucró en el tema-, y a la vez improcedente. Para solucionar temas difíciles se recomienda hablar en privado, antes que mandarse mensajes por televisión.

El gesto, que inicialmente fue mal recibido en Montevideo, parece, de todos modos, haber movido en algo el estado de cosas, y se constituyó en el hecho político de la semana. Se espera ahora un capítulo en Chile, con Ricardo Lagos de por medio, que podría abrir una negociación.

La enumeración de logros que ofreció el discurso de Kirchner ante la Asamblea Legislativa resultó de una contundencia insoslayable. Los planos del crecimiento económico, avances educativos, en salud, y obra pública, entre otros rubros, hablan de una Argentina a la que el 2001 le quedó allá lejos, en el pasado. Si además se suman los números a la baja en el desempleo (10,1%), de inflación (0,4%), y de recaudación récord (más de 10 mil millones en febrero) difundidos en la semana, la Casa Rosada arrancó marzo con una fortaleza política superior a cualquier gobierno, desde principios de los noventa hasta la fecha.

No se entiende, sin embargo, la negativa del Ejecutivo nacional para asumir la más grave de las asignaturas pendientes, la distribución del ingreso. Kirchner denominó, en su discurso, "camino ríspido y sinuoso" a la tragedia de la desigualdad. 32 a 1 es la relación de ingresos entre los extremos -10% más rico y 10% más pobre- del mapa socioeconómico argentino. La mala noticia es que la brecha se agudizó en 2005, y nadie sabe a ciencia cierta si las políticas actuales alcanzan para revertir la tendencia.

Tampoco se escucharon de boca del presidente anuncios sobre las ya meneadas reformas impositiva y previsional. Por esa razón, Eduardo Macaluse del ARI, Rubén Giustiniani del PS y también Mauricio Macri del PRO mostraron una cuota de decepción. "Hizo un balance sólido, pero no escuchamos nada importante sobre el tema impositivo y sobre jubilaciones, que son las llaves para cambiar la distribución del ingreso", comentó Giustiniani a La Capital.

La oposición sufrió, otra vez, una nueva arremetida del presidente por la actitud ante la sancionada ley de reforma en el Consejo de la Magistratura. Kirchner ve un avance en un tema donde un amplio abanico de la sociedad ve un retroceso, y la controversia aparece, por ahora, irreductible.

Más sereno, y ya adaptado a las nuevas exigencias, Agustín Rossi, jefe del bloque FPV-PJ en Diputados, confesó: "Ahora voy más tranquilo, no tengo que lograr mayorías especiales". Entre diciembre y febrero, Rossi sacó adelante dos paradas bravas Superada la batalla, prevé un tiempo político más distendido.
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