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domingo,
05 de
marzo de
2006 |
La hija de Pinochet justifica el origen de la fortuna familiar
Santiago de Chile.- Lucía Pinochet Hiriart, hija mayor del ex dictador Augusto Pinochet, sostuvo que su familia nunca fue pobre, que la fortuna que acumuló su padre partió con la escritura de libros y que su patrimonio personal proviene de la compraventa de casas, según publica hoy la prensa chilena.
En entrevista con el diario “El Mercurio” de Santiago, la mujer - que está procesada en el caso de las cuentas secretas que tuvo Augusto Pinochet en el exterior- comentó que al separarse comenzó a vender y comprar propiedades, y que cuando tuvo mayor capital empezó a hacer el mismo negocio en Estados Unidos.
Dijo que tiene documentos que acreditan el origen de su patrimonio y que hace un llamado al Servicio de Impuestos Internos (SII, querellante en la causa) a que le inicie un juicio y le muestre en qué se basa para acusarla de evadir unos 833.000 dólares, cifra en que ella calcula la totalidad de sus bienes.
Admitió que tiene otras cuentas que no están embargadas y que se acercará al juez del caso, Carlos Cerda, para decírselo y demostrar que no es dinero mal habido, calificando su situación una vez más como parte de una “persecución política”.
Admitió que abrió dos cuentas a nombre de su progenitor, una de ellas por 500.000 dólares, lo que no le pareció raro.
“Hay una cosa que no se ha tratado: Mi padre no era un hombre pobre en 1973 (año del golpe de Estado), ni yo tampoco, antes de llegar al gobierno. Mi padre, de capitán, ya escribió un libro, y de mayor, ya tenía como tres libros escritos. Vendía los libros en dólares en España. Y en ese momento vender en dólares, y tener dólares en Chile era mucho dinero, porque existía un mercado paralelo y el dólar valía muchísimo”, dijo Lucía Pinochet.
“Mi padre -acotó- de recién casado le hacía las cobranzas a mi abuelo, que era gerente general de Aduanas. No sólo tenía su sueldo militar, tenía dineros extras”.
Además, relató que el domingo pasado se reunió con el general en retiro por ser San Augusto y que los invitados evitaron llevarle libros, aludiendo que el juez Cerda se incautó de su biblioteca para determinar su origen.
“Toda la vida ha recibido libros, libros muy valiosos. Tengo muchos amigos europeos que le han regalado libros muy, muy valiosos. Y todo lo tomó (el juez) como si fueran comprados por él. Todo está trastocado. Al presidente (Ricardo) Lagos también le mandaron muchas cosas de regalo, y eso es natural, pero por qué a mi papá no se le considera natural, se le considera como que él tenía que comprarlos con dineros mal habidos”, expresó.
El 24 de enero pasado, Lucía Pinochet no se presentó al anuncio del magistrado Cerda del procesamiento en su contra, de su madre y de tres de sus cuatro hermanos. Viajó a Estados Unidos y al saber de su encausamiento, pidió asilo político.
Tras ser derivada a una cárcel de Washington en espera de la respuesta, renunció a la solicitud y volvió a Chile. Pasó el fin de semana bajo arresto en la Escuela de Gendarmería y se le concedió la libertad bajo fianza el 30 de enero.
En la misma causa, Augusto Pinochet está procesado por presuntos delitos como evasión tributaria entre 1980 y 2004 por un monto de 2,4 millones de dólares, uso malicioso de instrumento público, uso de cuatro pasaportes falsificados y omisión de información en una declaración jurada.
El magistrado Cerda fue recusado por la defensa del ex albacea del otrora senador vitalicio, Oscar Aitknen. La Corte de Apelaciones de Santiago aceptó revisar la petición, tras lo cual el juez se autoinhibió para seguir investigando. En calidad de interino se nombró a Alfredo Pfeiffer. (DPA)
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