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 domingo, 05 de marzo de 2006  
El país aplica un sistema de inspecciones dobles: de la Aiea y de Brasil
A diferencia de Irán, el programa nuclear argentino no causa alarma internacional
Argentina está libre de sospechas por su política de total transparencia, explican en la CNEA

Pablo Díaz de Brito / La Capital

Argentina tiene un programa nuclear civil en el que está involucrado el uranio, en diversos grados de enriquecimiento. Un material que eventualmente, si se lo enriquece al máximo, puede usarse para construir bombas atómicas. Además, sus reactores trabajan con agua pesada, una tecnología que tiene el potencial para producir plutonio, el otro elemento radiactivo usado para armas nucleares. Pero a diferencia de Irán, el programa nuclear argentino no genera ningún roce ni sospecha en la comunidad internacional, simplemente porque el país no ocultó instalaciones -como hizo Teherán durante 18 años- y tiene las puertas abiertas a las inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (Aiea), así como cámaras de TV del organismo instaladas en sitios clave de su complejo nuclear. A estos controles se suman los de Brasil, surgidos de un acuerdo bilateral firmado en los años 80. Por todo esto, explicó a La Capital Darío Jinchuk, director de Relaciones Internacional de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), "mientras uno mantenga la transparencia no hay problemas con la comunidad internacional". El funcionario consideró "preocupante" el programa iraní, coincidiendo así no sólo con Estados Unidos sino con Europa y la propia Aiea.

Sobre el material más citado por estos días a propósito de Irán, el uranio enriquecido, el director de asuntos internacionales de la CNEA explicó que Argentina importa este material y lo mezcla con mineral de uranio para usarlo con una riqueza del 3% en los reactores de Atucha I y Embalse. El uranio enriquecido al 20% sólo se usa en los reactores de investigación.

Jinchuk detalló que se considera uranio "levemente enriquecido" cuando se llega al 19,9% del total; del 20% inclusive para arriba se habla de uranio altamente enriquecido. "Cuanto más enriquecido, menos peso y volumen se necesita" para su manipulación y transporte.


Técnicas de enriquecimiento
En cuanto a otro tema muy mencionado por los medios por el conflicto con Irán, Jinchuk explicó que "en Argentina no tenemos centrifugadoras. Hay dos tecnologías para enriquecer uranio: por difusión o por centrifugación gaseosa. En los años 80 nos decidimos por la difusión, aunque hoy está más en boga la centrifugación, que gasta menos electricidad".

Sea con centrifugadoras o con difusión, los procedimientos para uso pacífico o militar son iguales, sólo varía el grado de enriquecimiento final. En ambas técnicas se hace una "cascada": se va pasando de un porcentaje de enriquecimiento de uranio menor a otro mayor. Por ejemplo, "se empieza con 0,7% (el nivel del mineral), luego se llega al 3%, que puede usarse como combustible en una central, o al 19%, para reactores de investigación. Pero si sigo enriqueciendo hasta el 90%, el uranio sirve para hacer una bomba", alerta el técnico argentino. Cada centrifugadora toma el material previamente enriquecido por la anterior. Este proceso, llamado "de cascada", se repite cuantas veces se desee.

En el caso de la técnica de difusión que usa Argentina, "es similar a un colador o membrana que retiene los átomos de uranio". En ambos procedimientos estos pasos de enriquecimiento pueden llegar a dos mil o más.


Doble inspección
Argentina se diferencia entonces de países puestos en la mira internacional, como Irán o Norcorea, no porque use otras tecnologías, sino por respetar las reglas del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y las inspecciones de la Aiea.

Además, en los 80, Argentina y Brasil, que mantenían una histórica confrontación regional, decidieron ponerle fin y firmar un tratado por el que se crearon controles cruzados de las respectivas instalaciones nucleares. Se creó una agencia ad hoc, la Abacc, Agencia Brasileño Argentina de Control y Contabilidad Nuclear, incluso antes de firmar ambos países el TNP.

De esta forma, Argentina recibe inspecciones tanto de Brasil como de la Aiea, la que además mantiene cámaras de TV permanentemente encendidas en las instalaciones clave del complejo nuclear argentino.


Violación iraní
Irán, en cambio, aunque es firmatario del TNP, "lo violó a gran escala", denuncia el funcionario argentino. Jinchuk recordó cómo se inició el actual diferendo con Teherán, cuando en 2002 imágenes satelitales mostraron extensas instalaciones que Irán no había denunciado a la Aiea. "A principios de 2003, el anterior presidente, Jatamí, blanquea el programa, lo declara ante la Aiea y comienzan las inspecciones. Pero hasta hoy no ha logrado determinar la Aiea si este programa es exclusivamente pacífico", apunta Jinchuk, en línea con lo que señalan tanto EEUU y los europeos como el jefe de la Aiea, Mohammed ElBaradei. Además, Irán "no dio acceso a ciertos lugares y hay datos que no coinciden con los de otras fuentes". Teherán tampoco permitió interrogar a algunos de sus científicos nucleares.

Por lo demás el origen del programa oculto hasta 2003 estaría en la red clandestina montada por el "padre" de la bomba nuclear paquistaní, Abdul Qadeer Khan.

En cuanto al reactor nuclear que Rusia construye en el puerto iraní de Bushehr, no está dentro del contencioso. Los rusos están allí terminando un reactor iniciado por Alemania en tiempos del sha. Moscú tiene un rol clave en tratar de desactivar el conflicto, con su propuesta, por estos días discutida con Irán, para llevar el proceso de enriquecimiento de uranio a suelo ruso, donde sería supervisado por inspectores internacionales. El problema sin embargo es que Irán se niega a dejar de lado totalmente el enriquecimiento de uranio para fines de "investigación y desarrollo" en su territorio. "Y si tiene las centrífugas, es fácil replicar el proceso a otra escala, pasar de unas 164 centrífugas (como tendría hoy en su central experimental), a mil o diez mil. Si se tiene una buena tecnología, siempre a a la larga se puede hacer el desarrollo militar", alerta Jinchuk.

-¿Cómo falla la Aiea en no detectar por 18 años el plan nuclear clandestino de Teherán?

-Ocurre que al firmar el TNP, un país somete a la inspección sólo las instalaciones que consigna. Para evitar estas maniobras está el llamado Protocolo Adicional, que permite inspecciones tempestivas e intrusivas.

Pero Irán dejó sin efecto la moratoria de más de dos años de su programa de enriquecimiento el 13 de febrero pasado y exigió a la Aiea que quitara precintos y cámaras de TV de sus instalaciones. Por lo que ha anunciado, ahora Irán está enriqueciendo uranio, aunque a pequeña escala.


Una instalación sospechosa
El director de relaciones internacionales de la CNEA señala que además de las sedes conocidas para el ciclo de uranio, Irán posee otra instalación que despierta sospechas: Arak, donde aunque demorada se planea construir un reactor y una planta de agua pesada. "Esto es preocupante, porque la bomba atómica se construye con dos materias primas: uranio enriquecido al 90% o plutonio". Este elemento radiactivo resulta de irradiar el uranio 238, el más común en la naturaleza.

Los reactores de agua pesada usan uranio natural. Este contiene apenas 0,7% de uranio 235 y 99,93% de uranio 238 (estos números se refieren al peso atómico, o cantidad de protones y neutrones en el núcleo del átomo, que cambia en un mismo elemento, llamándose isótopos a las distintas variedades). Debido a esta riqueza en uranio 238, "si se irradia el uranio natural es más fácil lograr plutonio", que partiendo de uranio enriquecido.

Los reactores argentinos son de agua pesada. "Fue una decisión tomada en los años 60, cuando Argentina no dominaba el ciclo y tenía minas de uranio", alega Jinchuk. El combustible usado es almacenado en piletas y silos en seco. "Atucha II también es de agua pesada y Embalse lo mismo, pero de un modelo diferente", apunta.

Esta tecnología, sin embargo, "no nos trae ningún problema con la comunidad internacional por las salvaguardias dobles (con la Aiea y Brasil). Tenemos constantemente inspectores y cámaras de TV que monitorean las 24 horas las piletas de combustible usado. Mientras uno mantenga la transparencia no hay problemas". Esta es la gran diferencia con Irán. Porque, dice Jinchuk, "en resumen, la única forma de distinguir un programa nuclear pacífico de uno bélico es que el productor de uranio sea totalmente transparente y someta su instalación a la inspección de la Aiea".
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Vista aérea de la central nuclear Atucha I. Argentina destaca su acatamiento a la ONU

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