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domingo,
05 de
marzo de
2006 |
Entre hombres
De jugadora a juez
Olga Zucchio es la única árbitro mujer del básquet rosarino. En el fragor de la cancha, ella sabe poner límites
De contextura pequeña, rubia y de ojos celestes, nadie imaginó que a los 30 años se iba a poner una gorra y silbato en mano sería la encargada de hacer cumplir el reglamento en los partidos de básquet, deporte que en el país está mayoritariamente dominado por hombres.
Pisa fuerte tanto en la cancha como fuera de ella. No le asustan las amenazas de las hinchadas, los insultos y enojos de los jugadores, ni las discusiones con los técnicos. Sabe que su trabajo consiste en ser juez de la jugada y que si bien se puede equivocar, vuelve a casa con la conciencia tranquila porque dejó lo mejor de sí en la cancha.
De carácter firme y dinámica, eso también se manifiesta en la cancha. Así es como se la ve corriendo detrás de cada maniobra de los jugadores, agudizando la mirada y pitando cuando hace falta.
Pasión de pequeña
A los 11 años Olga colaboraba en el negocio familiar a la par de los adultos. Sus padres la animaron a practicar un deporte y así comenzó a correr detrás de una pelota que picaba y a alzar los brazos para alcanzar el aro. Así nació una pasión que la acompaña hasta el presente.
Es jugadora de maxibásquet de la provincia de Santa Fe, y representó a la provincia en tres oportunidades. Desde los 18 años es réferi y hasta el momento, la única mujer que se anima a poner las reglas claras en el ardor de la cancha.
"Cuando jugaba en el club Caoba -recuerda- el técnico comentó que la Asociación Femenina de Básquet solicitaba aspirantes a jueces, y como siempre me gustó hacer cosas diferentes, fui". Al poco tiempo de comenzar los entrenamientos empezó a dirigir partidos de la liga femenina. En esa instancia tuvo que enfrentar una seria decisión: tenía 18 años y en breve tendría que dirigir partidos de su misma categoría. Había que optar entre jugar o dirigir. "No fue fácil, pero el arbitraje me proporcionaba ingresos y dejé de jugar".
Entonces comenzó su carrera como juez. Luego de entrenarse llegó a ser la primera jueza nacional argentina de la liga femenina, hasta que finalmente se retiró por cuestiones ajenas a su voluntad.
Cuando asomaba la posibilidad de dirigir algún partido de básquet masculino no faltaban frases como "una mujer no puede hacer esto", "andá a lavar los platos" y otras miles de frases que esconden prejuicios. Sin embargo, Olga los desafió y luego de muchas horas de trabajo de hormiga, llegó a dirigir a los varones, causando sensación en la cancha, tanto entre los jugadores como en las hinchadas.
"Para esto siempre tuve una regla fija: el respeto. Si yo quiero que me respeten tengo que respetar a los demás. Llegar a horario, bien vestida, correr en la cancha y ser seria en lo que hago", dice quien ahora dirige a los partidos de la Primera A de la Asociacion Rosarina de Básquet. "A veces me da un poco de miedo todo lo que me gritan desde la hinchada, pero se me pasa cuando termina el partido. Es importante para un árbitro saber que uno hace lo mejor que puede, pero que también se puede equivocar", dijo con una sonrisa.
Con respecto a la relación con sus colegas varones graficó que es "de igual a igual", y que si en alguna oportunidad se presentó una situación conflictiva "mis compañeros siempre me acompañaron", dice agradecida.
Junto con el referato Olga continúa jugando al básquet. Además entrena un grupo de chicas en handbol, que es otra de sus pasiones. La referí reconoce finalmente que para estar en un mundo de hombres hay que estar capacitada. "Es un nivel de alta competencia en todos los sentidos y si no la tenés, te tenés que ir", concluye.
Ficha tecnica
Nombre y apellido: Olga Zucchio
Edad: 36
Estado civil: soltera
Estudios: profesorado en educación física
Trabajo actual: empleada en un gimnasio, técnica de handbol y árbitro de básquet.
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