Entre hombres

Con vocación de dirigente

Elegida por una comisión de hombres, Laura Baratti ocupa la presidencia del Club Calzada

Los deslumbró su empuje, su iniciativa y su capacidad de sobreponerse a las dificultades. Laura llegó al club Calzada cuando la crisis del 2002 castigaba al país y las instituciones barriales amenazaban con desaparecer. Sin embargo esta mujer, que dio los primeros pasos en el club de la mano de su hijo, a quien llevó para jugar al básquet, traía nuevas energías y sobre todo ganas de reflotar la institución con más de 90 años de vida.

No era la primera vez que Laura vertía sus energías en sacar un proyecto adelante. Había participado de un grupo parroquial y en la cooperativa de la escuela . "Siempre me gustó la actividad social, me alimento de los otros, me da ánimo poder ayudar, y sobre todo me alimenta el alma", confesó sentada en la mesa de la oficina del club, donde sobre la pared lucen los cuadros de los equipos legendarios y los trofeos.


En función del deporte
"Mi hijo empezó a jugar al básquet -recuerda- y allí me metí en la comisión del club. Empezamos a trabajar con otros padres. Descubrí lo bien que hace a los chicos y me di cuenta de que valía la pena trabajar por ellos. Empezamos a organizar bailes y actividades para recaudar fondos y comprarles los equipos".

De a poco Laura comenzó a detectar las fallas de la institución y ante cada cuestión surgían de su cabeza las ideas para solucionarlas. "Había mucho que hacer, faltaba movimiento", recuerda. Lo primero fue poner el quiosco para generar fondos, luego controlar el pago del abono, además de hacer las planillas para los partidos y organizar reuniones en el club para que la gente se sintiera parte de la entidad. De 180 socios que el club tenía en el 2002 actualmente suman más de 250. Además se están incorporando otros deportes, como el vóley, para atraer a las chicas (porque en el club sólo se juega básquet masculino).

En el 2004, cuando quedó vacante la presidencia había que elegir a otro y todos empezaron a excusarse. Entre muchas dudas comenzó a sonar el nombre de Laura, pero fue una revolución porque el club, en toda su historia jamás había tenido una mujer al frente. Cuando se lo propusieron confiesa que no lo pensó demasiado y aceptó.

Laura reconoce que desde entonces está muy feliz en el club. Supo captar las cualidades de cada uno de los miembros de la comisión y desplegarlas. Su gran apoyo es su secretario, de más de 70 años, la historia viviente de la institución.

"Todos son respetuosos, comenta Laura, aunque por ahí se olvidan que hay una mujer, pero yo también sé lo que es estar entre hombres y no me resulta difícil. Somos muy compañeros y aprendimos a tolerarnos".

Al principio su marido no simpatizó con la idea, pero pronto comprendió cuánto apasionaba a su mujer esta tarea. Laura reconoce que no haría esta actividad si no contara con el apoyo de su familia. En su casa todos colaboran con las tareas domésticas, además de una persona que la ayuda con la verdulería, que es su fuente de ingresos.

Laura reconoce que si bien hace su actividad con mucho gusto, no cree en los cargos permanentes.

Su mirada trasluce la alegría que lleva en el alma al ver los logros de su tarea. Cientos de niños descubrieron una alternativa a través del deporte y se lo agradecen. Todos se detienen a saludarla cuando ella pasa y más de uno corre a abrazarla. "Si pudiera rescataría a todos esos chicos que están en la calle para que vengan al club. Esto es impagable", culminó.


Ficha tecnica
Nombre y apellido: Laura Baratti

Edad: 43

Estado civil: casada con dos hijos, Andrea (21) y Eduardo (22)

Estudios: secundario completo

Trabajo actual: dueña de una verdulería, presidenta del Club Calzada