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 domingo, 05 de marzo de 2006  
Encuesta
Ellos hablan de ellas
Quisimos averiguar qué piensan los hombres sobre las mujeres. Les preguntamos a escritores, músicos, artistas, médicos y empresarios. Las preguntas fueron comunes a todos, y las respuestas no tienen desperdicio

María Laura Favarel / La Capital

Mejores, peores, confidentes o chismosas, débiles o fuertes, talentosas o nacidas para estar dentro de la cocina. Las dicotomías abundan y las opiniones se multiplican a la hora de hablar sobre la mujer y su rol en la sociedad. Lejos de machismos y feminismos La Capital le preguntó a los hombres, cómo nos ven y qué piensan de nosotras. Ellos juraron responder con sinceridad.

El Chiqui Abecasis se ganó sin dudas un lugar dentro del ranking de los humoristas reconocidos del país. Como no podía ser de otra manera, el humor está en todas sus respuestas. Chiqui dice que "no conoce a ninguna mujer humorista" e inmediatamente se arrepiente, "a ver si con esto las avivo".

A la hora de contar si le confiaría un secreto a una dama exagera un poco. "Jamás le contaría un secreto a una mujer, a no ser que quiera que se entere la mayor cantidad de personas en el menor lapso de tiempo. Son capaces de pasarlo en una cadena desenfrenada por internet con una leyenda que diría más o menos así, pásaselo a todos, que si no lo haces se te van a caer todos los dientes, se te va a achicharrar la lengua y te va a salir celulitis hasta en los labios".

A la hora de responder dónde deposita la mirada reconoce que a una mujer le mira los ojos y los pies... pero que baja los ojos muy lentamente.

Abecasis dice no competir con sus colegas mujeres y agradece que sean más las damas que los hombres en los elencos de teatro. "Son las que arman los quilombos que después salen en Intrusos". No sabe con certeza qué mujer le gustaría ser y agrega: "estoy asustado, no me estaré volviendo mujer y no me doy cuenta".

El cómico se pone serio por un momento y dice que a una mujer le admira la capacidad de dar vida, la paciencia y la entereza para sostener una familia.

Jorge Besso es psicoanalista y sus artículos de La Capital son seguidos con atención tanto por hombres como por mujeres. Besso dice que sus colegas, prevalecen al género, siendo ante todo, colegas. Admite admirar a las mujeres...y padecerlas. Al momento de hacer una confidencia tampoco hace la diferenciación, si es confiable la persona, lo cuenta.

Besso mira a las mujeres, con especial hincapié en la piel y en los ojos, dejando el resto para la imaginación. Y a la hora del trabajo dice que si compite no lo advierte, aunque en su profesión hay más mujeres que hombres. A la hora de fantasear y pensar quién sería si fuera mujer, dijo Geraldine Chaplin, aunque aclaró que para tenerla elige a Meg Ryan. Lo que más valora en una mujer: "lo de adentro con lo de afuera y lo de afuera con lo de adentro".

Escritor y poeta, nacido en Los Quirquinchos pero rosarino desde 1964, Jorge Isaías fue distinguido como artista destacado por el Concejo de la ciudad. Tiene cuatro hijas y dice no tener alternativa a la hora de opinar sobre el sexo opuesto. Para destacar virtudes de sus compañeras, señala el compañerismo y la solidaridad, y marca como defectos que cuando compiten "son feroces". A pesar de ello confía en ellas y admite tener muchas amigas y muy fieles.

Como buen poeta, a la mujer le mira antes que nada, los ojos. A la hora del trabajo, dice que sin duda elige una mujer, "son más inteligentes, más aplicadas y con una inquebrantable pasión por el trabajo", aunque admite que no compite con ellas, porque "seguro que perdería la partida".

Si podría ser mujer, elegiría a la poeta uruguaya Idea Vilariño y de nosotras admira "el extraordinario valor frente al dolor y la desgracia".

"Es mentira lo del sexo débil, sino fíjense en las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, mientras la mayoría de los hombres estaban debajo de la cama, ellas lucharon por la verdad y la justicia, solas, con su pañuelito blanco frente a una de las dictaduras más feroces".

Adrián Abonizio es reconocido como uno de los mejores cantautores de Rosario. A la hora de señalar las virtudes al sexo opuesto remarca que son más "consecuentes y activas por estar en un medio adverso". Y en la música advierte que "aún deben soltarse de la mano del varón y del padrinazgo que buscan. A veces se suelen masculinizar para independizarse y desconocen su potencial femenino, como por ejemplo, la narración de historias".

Admite confiarles secretos a las mujeres todo el tiempo y dice no asustarse ante mejores o peores formas femeninas. "Respeto mi elección, sólo los machos estúpidos se dejan llevar por lo que sobresale: la verdad está en lo que no se ve", (apláudanlo chicas, se lo tiene merecido). Y para seguir tirando flores señala que no compite con ellas, porque le representa "amargarse la vida".

Para trabajar, Abonizio dice que si pudiera "armaría un plantel de amazonas" ya que "disfruto más de su compañía que la de los machos criollos".

La fantasía corre y si fuera mujer elige una mixtura interesante: "Isabelle Adjani con un toque de Eva Perón, pero sin él al lado".

"Que se ría de la fugacidad de la vida, de los dolores, las alegrías y la duración del amor. Que valore esos momentos únicos y que tenga un sentido del absurdo interesante. Que se autovalore, que sea piadosa y que además conozca su libertad, aun a riesgo de abandonarme o darse cuenta que me tocaría más seguido limpiar la casa", refiere para enumerar lo que más valora en una mujer.

El intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, tampoco escapó a la encuesta de La Capital y no dudó en calificar a las mujeres de "extremadamente eficientes y responsables", pero tal vez (y en la mayoría de los casos), "demasiado ansiosas".

Jura creerles a las mujeres y mirarlas a los ojos y no se reconoce competidor. El género no es para el intendente un apartado a tener en cuenta a la hora de armar un grupo de trabajo, y si pudiera ser mujer elige a Michelle Bachelet, la recientemente electa presidenta de Chile. "En ellas valoro la inteligencia y la honestidad".

Héctor Nene Molina es uno de los cineastas más reconocidos de la ciudad. Dirige la Escuela Municipal de Cine y antes de aceptar este cuestionario dijo que las mujeres "no son ni buenas ni malas, son incorregibles". Reconoce que tienen las mismas virtudes y defectos que los hombres y que por lo general no confía secretos a las mujeres aunque a veces les hace creer que sí confía en ellas.

Sinceramente admite que a una mujer le mira todo pero que no compite con ellas porque juegan en ligas distintas, "ni siquiera del mismo deporte". "Los géneros no determinan el talento ni la capacidad. Si puedo elijo trabajar con los mejores. Después me daré cuenta si es hombre o mujer". Si fuera mujer, elegiría ser una con pechos voluptuosos.

Su vida está dedicada a la medicina y a la lucha contra el Sida, admite que es la primera vez que lo llaman de un diario para hablar de un tema no médico y señala que las mujeres no son prácticas pero enseguida agrega: "las principales virtudes son la inteligencia (no siempre reconocida) y la tenacidad".

Opina como Bernard de Fontenelle que "el único secreto que saben guardar las mujeres es el de los años que tienen" y sigue parafraseando al momento de decir qué mira en una mujer. "Todo es digno de ser mirado. Como dicen Les Luthier, "no hay mujer fea, sólo belleza rara".

"Suelo competir conmigo mismo más que con los demás, sean mujeres o varones", argumenta el médico que a la hora de las decisiones prefiere las mujeres como compañeras de labor. "Debo reconocer sin embargo que las relaciones laborales entre las propias mujeres suelen ser conflictivas".

Si fuera mujer sería Estela de Carlotto, "por la capacidad para transformar su dolor, sin resentimientos, en un compromiso por la vida y la búsqueda de la verdad". El valor más preponderante: "que no utilice el beneficio de ser mujer".

Elías Soso es el legendario presidente de la Asociación Empresaria. Antes de empezar esta entrevista dijo que las de Rosario son las mujeres más lindas y que ve en ellas virtudes tales como el orden, la tenacidad y la intuición. En cuanto a los defectos, "los de todo ser humano sea hombre o mujer".

La intuición del sexo opuesto lo intimida, ya que no le contaría un secreto a una mujer. Parece que los varones rosarinos son unos románticos incurables porque Soso también se fija en los ojos antes que en el resto del cuerpo. Para iniciar un trabajo estudia el terreno y elige de acuerdo a su conveniencia entre hombres o mujeres, con las que dice no competir. Lo que más valora en una mujer es la inteligencia y si fuera mujer, le hubiera gustado ser Lady Di.

Responsable del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario y artista plástico con una vasta trayectoria, Roberto Echen, más conocido como "el turco", opina que la categoría de mujer es un tanto taxativa. "Conozco personas que tienen mucho, poco, un poco más de atributos femeninos, y no todas ellas entrarían en la categoría establecida de mujer".

De cualquier modo, dijo que las virtudes y defectos no difieren mucho entre los hombres y las mujeres que tengo como colegas".

"Si alguien puede confiarme un secreto a mí, entonces yo le puedo confiar uno a quien sea", asegura Echen, que aclara que esa capacidad supuestamente femenina de no poder callar nada, el también la posee.

A las mujeres argumenta mirarles lo que ellas quieren que se vea y se reconoce competidor con el otro sexo. "Tengo amigas colegas con las que puedo trabajar maravillosamente porque tenemos muy elaborado el tema de la competencia, lo vivimos de un modo muy relajado, como con Claudia Del Río, para mencionar una".

Al artista plástico le encanta que haya mujeres jóvenes trabajando junto a él. "Seguramente, a igualdad de otras cosas, me quedo con una chica que me guste antes que con un tipo, pero más allá del chiste fácil, no tengo preferencias en ese sentido". Sobre si fuera mujer Echen asegura: "¿no sabías? Soy mujer, y lesbiana. Cada mujer (y cada individuo de la especie y género que sea) me engancha (o no) desde sus propios lugares, no desde lugares genéricos", advierte.

Jorge Fandermole es uno de los cantautores más reconocidos y valorados por el público local. Sus letras reflejan como ningunas el devenir de la ciudad. Dice que su subjetividad no es discriminatoria al momento de pensar que no ve en sus colegas mujeres particulares virtudes o defectos diferentes a los que pueda ver en sus colegas varones. De hecho, parece ser bastante observador y señala que a las mujeres les mira "primero lo que prefieran mostrar, hasta lo que intenten ocultar, en ese orden".

No compite con ellas y asegura no hacerlo con nadie. "Tengo bastante experiencia en trabajos compartidos con hombres y mujeres en disciplinas muy diversas. No tengo preferencias, excepto que el sexo pueda interferir en un trabajo específico", cuenta Fandermole.

Si fuera mujer, le gustaría ser cualquiera "que tenga mucha energía, buena educación y pueda disfrutar de su condición femenina". Lo que más valora: el equilibrio en ciertos valores como integridad, lucidez, belleza según se considere, inteligencia, honestidad, "y alguna singularidad atractiva que no se puede precisar hasta que se percibe".

Presidente del Bloque de Diputados Nacionales del Frente para la Victoria, Agustín Rossi es un político que ya alcanzó renombre nacional. Como otros entrevistados dice que las valoraciones de virtudes y defectos trascienden al género pero se muestra confiado y admite que continuamente le confía secretos a las mujeres. El político dice que a las mujeres no les mira, "nada en particular" y que no entabla con ellas una competencia sino que prefiere la labor en equipo. Para desarrollar sus tareas no realiza distinciones entre hombres o mujeres.

"Mi admiración y respeto son para las mujeres que día a día construyen y sostienen los espacios individuales y los colectivos, aquellos que tienen que ver con los sentimientos y con el compromiso ideológico", pero se ve que con la política queda poco lugar para fantasear aunque sea un poco: "no puedo pensarme como mujer porque no lo soy", afirma.

En una mujer valora lo mismo que en cualquier persona: "la capacidad de amar, la honestidad y la inteligencia".

En síntesis. Parece que no despertamos mucha confianza pero que sí tenemos bastantes virtudes. A lo mejor no se animan a señalarnos los defectos. Por suerte nos ven como buenas compañeras de trabajo y dicen no competir. Además, tranquilas chicas, no hagan tantas dietas, que al menos estos muchachos, ni se fijan en el cuerpo.


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