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domingo,
05 de
marzo de
2006 |
Yo creo: "Algo está cambiando en Hollywood"
Rodolfo Bella / Escenario
Algo está cambiando en Hollywood y uno de los síntomas es que algunos nombres nuevos se imponen sobre el de las celebridades. La lista de nominados ya no se parece tanto a un club de amigos. El año pasado por ejemplo, entre los candidatos a mejor director estaban Martin Scorsesse, Clint Eastwood y Mike Leigh. Este años los reemplazan los ignotos Bennet Miller ("Capote") y Paul Haggis ("Vidas cruzadas"). Algo similar ocurre con el rubro mejor actor: antes encandilaron los estelares Leonardo Di Caprio, Clint Eastwood y Johnny Depp, o Kate Winslet y Annette Benning; hoy les toca el turno a Philip Seymour Hoffman, Terrence Howard, Heath Ledger o Felicity Huffman. El hecho aparece como algo refrescante que de paso no eclipsa a los filmes debajo de nombres estelares. El otro cambio son las tramas. Ya no se trata de aviadores intrépidos y caprichosos, como el año pasado, cuando el Oscar a la mejor película se debatía entre la versión de la vida de Howard Hauwks, en "El aviador", que reunió a un elenco rutilante o "Million Dollar Baby", con su versión intimista replegada sobre el drama personal de una mujer que trata de hacerse un lugar en el mundo a los golpes. No. Este año algunas tramas se atreven a un poco de política, de revisionismo, de crítica, de pluralidad y de polémica, la última de las cuales la generó una de las candidatas a mejor película extranjera, "Paraíso ahora", que sería la versión palestina de "Munich". Tal vez la razón de este paso adelante responda a que el cine independiente estadounidense está ganando espacios cada vez más amplios. El término "independiente" se ganó el prestigio y la valoración del público como lo opuesto a "Hollywood", como si lo primero fuese un delicatessen y lo segunda pura comida chatarra.Las categorización no implica generar una nueva forma de fundamentalismo. Ambas formas de encarar la actividad pueden complementarse. Este año, a juzgar por lo que poco que pudo verse hasta ahora en Rosario -"Vidas cruzadas" y "Munich"- indica que aun con bajos presupuestos se puede aspirar a un poco más que hacer dinero fácil y rápido. Por otra parte la independencia por sí
sola no garantiza el éxito comercial y es razonable creer que a ningún realizador le guste ver las salas vacías.
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