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domingo,
05 de
marzo de
2006 |
Personal de la Cristoforo pone al
desnudo desmanejos en la entidad
Deudas salariales, falta de aportes y de servicios forman parte de la lista. Incertidumbre entre los trabajadores
Profesores y no docentes de la escuela Cristoforo Colombo dieron ayer a La Capital su versión de los hechos que desembocaron en el cierre del establecimiento, pero además aseguraron que hubo "mentiras" e "irregularidades" que van desde deudas salariales, falta de aportes a la obra social y aportes previsionales inexistentes hasta la falta de servicios esenciales como la luz y el agua durante algunos períodos de dictado de clases. Ahora se enfrentan a una "absoluta incertidumbre", porque ni las autoridades de la escuela ni el Ministerio de Educación de la provincia les dan una respuesta. "Vamos a ir a la Justicia, pero sólo porque no nos dejaron otra alternativa", dijo entre la bronca y la angustia Susana Segamarchi, quien además aseguró que "hasta último momento le creímos a las autoridades".
El conflicto en la escuela, que funcionaba en Tucumán 2063, se hizo público a fines de febrero, cuando la directora del establecimiento, Roxana D'Aste, anunció que "se suspendían" por este año las actividades en el nivel inicial y en los dos primeros ciclos de la EGB, y hasta argumentó la decisión diciendo que existía un "boicot" que había comenzado a fines del año pasado. Pero el problema pasó a mayores pocos días después, cuando también se cerraron el tercer ciclo de la EGB y el polimodal.
Tanto profesores como no docentes reconocieron la existencia de volantes y documentos que llegaron a manos de los padres a fines de 2005, pero aseguraron: "Siempre dimos la cara ante las familias y hasta este lunes, que nos confirmó el cierre, le creímos a la directora cada vez que nos decía que las actividades iban a continuar".
Lo cierto es que el plantel docente y no docente se reunió el lunes con las autoridades y allí les confirmaron el cese de las actividades y les prometieron el pago tanto de las deudas como de la indemnización. Pero 24 horas después el panorama cambió radicalmente.
"El martes nos dijeron que el edificio no era de ellos, así que no sabían cómo nos iban a pagar y que la situación los había sobrepasado", recordó Segamarchi, quien indicó que pese a las deudas que incluyen los salarios de diciembre de 2005, enero y febrero de este año, y el aguinaldo "los docentes fueron a trabajar hasta la semana pasada".
Pero todos coincidieron en que en el establecimiento existían irregularidades desde hacía "mucho tiempo", y que ni siquiera se subsanaron cuando la escuela llegó a tener cinco divisiones por curso.
"Las irregularidades en el pago fueron de siempre. Nos daban cheques de terceros y después nos desdoblaron el pago en dos veces. Pero además no hacían los aportes a la obra social y nos cortaban los servicios y nunca nos hicieron los aportes previsionales, aunque sí descontaban todo", se quejó Adriana Sileoni, quien se desempeñó como preceptora durante nueve años.
Sileoni recordó también que ya en 2003 debían más de un millón de pesos de aportes, hicieron un convenio para pagar en 144 cuotas de siete mil pesos, pero nunca pagaron y siempre mintieron". Y más aún, Mariela Catania recordó que "tampoco tenían contratada una ART y la pagaban cuando había algún accidente".
A la hora de buscar a los responsables de la debacle del instituto no sólo apuntan a las autoridades de la escuela, sino también al Ministerio de Educación de la provincia porque, aseguran, "hubo pocos y casi ningún control oficial".
"Hace dos años hicimos una presentación en el Ministerio de Educación porque sabíamos que no nos estaban haciendo los aportes. ¿Qué hicieron? Nada, porque durante años hubo irregularidades y, sin embargo, la escuela siguió estando autorizada a funcionar", protestó Nilse Wasserman, profesora de matemática.
La docente, que llevaba 12 años en el cargo, también destacó que "pocas veces en el año el supervisor venía a la escuela y, cuando lo hacía, se dedicaba a tomar café y hablar por teléfono. Es más, una vez que vino la escuela no tenía agua y, sin embargo, él no dio cuenta de eso en ningún acta".
Y lo propio le achacaron a la Caja de Jubilaciones. "¿Cómo puede ser que nunca hicieron un aporte y nadie hizo nada? El Ministerio de Educación y la Caja conocían esa situación y tampoco tomaron cartas en el asunto", insistieron.
Lo cierto es que les queda la "incertidumbre" y aseguran que "nadie da una respuesta para las 80 familias que perdieron su fuente de trabajo". Dicen que "el diálogo está absolutamente cerrado" porque las autoridades les cerraron las puertas y que recurrirán a la Justicia porque no les dejaron otra alternativa.
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Profesoras y no docentes protestan contra las autoridades del colegio, pero también contra Educación y otros organismos de control.
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