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domingo,
02 de
octubre de
2005 |
La primavera irrumpió en una
Bolsa argentina sobrevaluada
El récord del Merval no se relaciona con el nivel de crecimiento que exhibe la economía real
Salvador Di Stefano
Septiembre fue un mes de fuertes subas para el mercado accionario y bursátil. Sin oportunidades de inversión en el exterior, en el marco de una baja tasa de interés internacional y mercados accionarios que repiten precios en los mercados desarrollados, sirva de ejemplo el índice Dow Jones, la liquidez busca mercados emergentes donde recluirse y realizar fuertes diferencias.
El Merval está en valores récord al igual que los bonos del Estado. Sin embargo, en la calle el crédito escasea y las ventas no crecen. Esto muestra la dicotomía de un mercado financiero robusto y con fuertes utilidades mientras que la economía real tiene sed de nuevas inversiones y no crece al ritmo deseado.
El contexto internacional también benefició al mercado de capitales local, un escenario de alto ahorro en el mundo lleva a que la demanda sobre bonos de tesorería americano para paliar el déficit fiscal y comercial de dicho país sea tan alta que la tasa de retorno de dichos títulos se ubica en niveles del 4,3% anual.
En la medida que en el mundo haya un exceso de ahorro de dicha magnitud las tasas de interés seguirán planchadas y los capitales buscaran rendimientos mucho más elevados en otros mercados, de menor reputación pero alta volatilidad denominados comúnmente mercados emergentes.
Así, los capitales invaden mercados como Brasil y Argentina, con realidades parecidas pero diferentes. En Brasil, la Bolsa y los bonos llegaron a valores récord como en Argentina.
La diferencia entre este país y Argentina es que, al haber honrado la deuda pública y mantener un mercado cambiario flotante, Brasil consigue financiarse en los mercados internacionales a tasas muy bajas. En el marco del libre juego de compra y venta de divisas, el real se está revaluando fuertemente contra el dólar y paso de 3,30 a 2,2 en los últimos seis meses. En Brasil existe el crédito aunque aún a tasas muy elevadas en el mercado interno en reales y tasas razonables en dólares sobre el exterior.
En Argentina existe un pequeño pero paradójicamente inmenso problema. Si bien los bonos y acciones siguen a la suba como en Brasil, nuestro país no puede financiarse en el exterior por los problemas derivados de la cesación de pagos.
Por otro lado, Argentina no deja flotar su moneda, tiene un sistema de tipo de cambio fijo y compra dólares contra emisión monetaria y posterior endeudamiento que le esta provocando un escenario inflacionario ya que convalidó un incremento de precios del 10% mensual.
En Argentina el crédito es inexistente en el mercado local. La balanza comercial con Brasil es deficitaria ya que necesitamos importar una serie de productos que no producimos en nuestro país, por lo tanto los productos que no producimos en Argentina e ingresan lo hacen a precios cada vez más elevados ante la revaluación del real contra el peso, mientras que a pesar de la devaluación no somos capaces de incrementar nuestras exportaciones al país vecino para al menos igualar las compras a dicho país. Esto revela que es falso llevar adelante la devaluación del tipo de cambio para incrementar las exportaciones. Estas sólo crecen ante mayor inversión y suba de las importaciones.
La carrera del Merval
Pasando estrictamente a bonos y acciones en Argentina se produjo una lluvia de dólares que permitió al índice Merval superar los 1.700 puntos, en busca del objetivo de 1.750-1.800 puntos. Es el primer paso de un escenario global dentro del cual el índice líder podría terminar el año en el rango de los 1.900-2.000 puntos.
Los papeles que recomendados están mostrando una excelente performance. En el corto plazo, luce muy probable que el Merval llegue a la zona de los 1.750-1.800 puntos y realice una toma de ganancias, pero toda baja será oportunidad de compra si el contexto internacional sigue hiperlíquido, con una alta tasa de ahorro y carente de instrumentos financieros donde invertir. Por ello ya pronosticamos un fin de año muy alcista con posibilidad de alcanzar un nuevo récord y llegar a los míticos 2.000 puntos de índice Merval.
La hiperliquidez mundial está llevando a una sobrevaluación del mercado de acciones, bonos e inmobiliario, pero nada hace presagiar que dicha sobrevaluación haya llegado al techo. En cuanto a los bonos, siguen siendo los elegidos los que están nominados en pesos y ajustan por inflación. Hace unas semanas atrás recomendábamos el bono con descuento en pesos ajustado por CER, que cotizaba a 123, y podía llegar a 130, el viernes cerró a 130,80 y con ganas de seguir a la suba.
Conclusión: Los bonos argentinos ante la quietud de las tasas y la falta de negocios en el mundo siguen a la suba. Mientras no vea una desaceleración en el recorrido alcista de los títulos, la Bolsa no alcanzará el máximo por ende, todavía hay posibilidades de ir mucho más arriba, como mínimo un 10% desde los valores actuales. El mercado inmobiliario se revalúa a un ritmo más rápido que las acciones y bonos porque abarca un mayor universo de inversores, siendo una elección más tangible y conservadora.
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