Año CXXXVIII Nº 48889
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 25/09
Mujer 25/09
Economía 25/09
Señales 25/09
Salud 21/09

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 02 de octubre de 2005  
Mercados: Los dilemas del otoño europeo

Daniel Busto

"Quot capita, tot sensus". Tantas cabezas tantos pareceres, dijo Terencio. Dicen que para salir de una crisis hay que transformarla en problema para poder resolverlo y Europa tiene motivos inmediatos para una crisis: la revalorización del euro y el alto costo de la energía, que encarece las exportaciones y alienta la deslocalización de su industria. Pero existe una causa más profunda para el declive: la aparición de competidores de fuste que fabrican igual de bien y más barato.

Es que la economía globalizada provoca la deslocalización de las actividades productivas. Así, un tiburón se come a otro y el verdadero problema de la Unión Europea es que para crear riqueza, empleo y competitividad, los presidentes y los gobiernos tienen que recuperar el consenso perdido.

Porque la solución vendrá cuando se pongan en marcha las reformas estructurales para enfrentarse a la globalización del mundo del trabajo y al saneamiento de las finanzas públicas. Y eso sólo se puede hacer con una política industrial seria y una estrategia de negociación internacional. Porque las empresas de punta de hoy día buscan la expansión y, sobre todo, el abaratamiento de los procesos productivos.

Esa búsqueda socava tejidos industriales preestablecidos y no hay estrategias alternativas, ni defensivas. La UE es una entelequia. El bajo crecimiento, el paro y el estancamiento de los salarios, mientras los beneficios de las empresas se disparan, han situado el modelo de crecimiento en el centro del debate público y político, poniendo en dudas las bondades del capitalismo. La llamada responsabilidad social, que fue dogma en las empresas europeas, está obsoleta. Hoy todo ha cambiado, la flexibilidad se usa para suavizar la opresión que ejerce el capitalismo.

El eje francoalemán también está agotado y ya no es representativo en la Europa de los 25. Se necesita un liderazgo mayor. Europa está teniendo grandes problemas para afrontar la transición de una economía industrial a otra de servicios. Las deslocalizaciones y las Opas (ofertas públicas de adquisición de acciones) le obsesionan y opta por el modelo de apertura protegida. De ahí que líderes de la talla de Alan Greenspan ven una amenaza de proteccionismo en una Europa que no encontró el camino que debe llevar desde una economía tradicional a otra moderna.

Internamente se ponen de manifiesto las reticencias de algunos países a cualquier posibilidad de competencia institucional, sobre todo si esta se refiere a la regulación de los mercados de trabajo o servicios. La falta de liderazgo y una idea definida crea escepticismo a futuro pero más aún con un escenario político confuso en Alemania, la locomotora europea, ahora de capa caída.

Aunque no todas son pálidas para Europa. Las fusiones y adquisiciones, según datos recientes han superado los niveles de Estados Unidos. Y en el índice Fortune, de las 140 empresas principales 61 pertenecen al viejo continente contra 50 de Estados Unidos.

El implacable aumento del poder económico de China y el resto de Asia ha llegado a lo inevitable. No hay lugar para ambivalencias, las Opas están y estarán a la orden del día en el tejido económico financiero.

Las instituciones se diluyen. Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional han perdido relevancia en los últimos años. Los países se blindan, la energía se dispara y el oro recupera su brillo a 470 dólares la onza. La OMC celebrará una cumbre ministerial en Hong Kong en diciembre de la que debe salir un acuerdo definitivo para liberalizar los intercambios y se sabrá cuáles serán las nuevas reglas de juego del comercio mundial.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados