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 domingo, 02 de octubre de 2005  
Grandes empresas desembarcan en esta producción
El negocio de los arándanos, la frutilla de los inversores
Con 2 mil hectáreas plantadas, se coló en los primeros lugares del ranking de exportación de frutas

Victoria Arrabal

Argentina se ha convertido en el segundo país exportador de arándanos y cuenta con 2.000 hectáreas de plantaciones en Tucumán, Concordia , Santa Fe y el corredor de la Ruta 41, que incluye Zárate, Baradero, Mercedes y Brandsen. El año pasado, el arándano alcanzó el puesto número siete en la tabla de ingresos de divisas dentro de las exportaciones de frutas frescas, compitiendo con las tradicionales como pera, limón, manzana, naranja, uva y mandarina. Se exportaron 1.570 toneladas por 16.267.000 dólares, lo cual representa un incremento del 86% en volumen y del 121% en divisas, con respecto a 2003. De acuerdo a las primeras estimaciones, en cinco años se estaría cubriendo el consumo de los Estados Unidos.

El principal mercado para este producto es el país del norte pero también se certificaron envíos a Gran Bretaña, Holanda, Francia y España desde septiembre a enero, concentrándose el mayor volumen en el mes de noviembre. El precio promedio de la temporada 2004/2005 fue de 10,61 dólares el kilogramo, 17% más que el año anterior, y con un costo que representa el 56% del precio de venta.

En medio de este sostenido crecimiento, se realizó en Rosario la VI reunión nacional convocada por la Cámara Argentina de Productores de Arándanos y otros Berries (Capab). El evento aglutinó a productores, profesionales, proveedores y personas interesadas en iniciarse en el cultivo y comercialización de arándanos, con la participación de expositores nacionales y referentes de Chile, Estados Unidos y Reino Unido quienes propiciaron un debate abierto sobre las potencialidades de desarrollo de esta fruta en las distintas regiones del país.

El interés en este cultivo crece, a pesar de que requiere una alta inversión inicial considerando instalaciones, plantines, riego por goteo, asesoramiento, equipamiento de protección para heladas y granizo. Recién en el segundo o tercer año se obtienen las primeras cosechas pero los rendimientos oscilan entre los 5.000 y 9.000 kilos por hectárea al año, conforme al buen manejo.

El presidente de Capab, Jorge Pazos explicó que en pos de buscar mejoras para el sector, se suscribió un convenio con el Banco Credicoop y la compañía de seguros La Segunda para dar un tratamiento efectivo a los cultivos y posicionar el arándano argentino en los mercados de destino.


En la región
El ingeniero agrónomo Héctor Busilachi realizó un análisis de la provincia de Santa Fe, donde esta producción hizo pie hace mucho tiempo. En el año 1996 se planteó el cultivo de esta fruta como una producción alternativa intensiva, en superficies reducidas de entre 2 y 10 hectáreas. Fue de la mano de un modelo diversificador y generador de mano de obra rural y local complementario y no competitivo con la producción agrícola tradicional. En 1998 comenzaron con dos campos ubicados en la zona de Chabás y Villada y se van agregando año a año otros establecimientos y nuevos inversores, algunos de ellos, no ligados directamente al sector agropecuario. Actualmente hay más de 35 establecimientos, gran parte en las primeras fases de desarrollo y en su mayoría asociados a la cooperativa Capac Chabás, con una superficie cercana a las 100 hectáreas.

Entre las fortalezas de la región, el especialista destacó la incorporación reciente de tecnologías que mitigan o solucionan los problemas de calidad de agua a través de sistemas de ósmosis inversa y resinas de intercambio. Destacó también la posibilidad de seguir aprovechando e incorporando establecimientos en la costa del Paraná con buena calidad de suelo, de agua y microclima adecuado. A esto se suma el ingreso al sistema de inversores con más orientación empresarial hacia el arándano y posibilidades de inversión, más experiencia técnica y con desarrollo local del cultivo. También destacó la capacitación creciente en ámbitos nacionales e internacionales.

Busilachi explicó que el desarrollo de sistemas asociativos en la faz productiva y en la comercial permiten bajar costos, aprovechar mano de obra y unificar criterios de calidad.

No obstante, advirtió que algunas de las amenazas la constituyen el aumento considerable del componente flete en relación a los costos totales, la consolidación de proyectos individuales de corto plazo que afecten la integración de la asociación regional y la falta de recursos propios o de acceso al crédito para completar las inversiones que permiten un mejor desarrollo del cultivo y el acceso a los estándares internacionales.

De todos modos, remarcó que existen posibilidades concretas de aprovechar en un futuro cercano el aeropuerto y el puerto de Rosario para embarques y despachos de fruta. Además, se están desarrollando emprendimientos no tradicionales de industrialización de productos y subproductos, como el extracto de arándano, arándanos deshidratados, dulces, licores, helados, que ya se encuentran en el mercado.
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