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sábado,
01 de
octubre de
2005 |
Elecciones 2005. Decepción en Santa Fe por la visita relámpago del presidente de paso ao Córdoba
Kirchner denunció aprietes de la
oposición en el Congreso nacional
El jefe del Estado acusó el impacto de la derrota que sufrió su sector en Diputados por el tema de las hipotecas
El presidente Néstor Kirchner embistió ayer contra los políticos y legisladores que recurren "al apriete y a las presiones" para condicionar la sanción de determinadas leyes. Luego afirmó que prefiere "no sacar ninguna ley" si a cambio tiene que "violar principios éticos".
El jefe del Estado tuvo ayer una jornada frenética, que incluyó un paso raudo por la ciudad de Santa Fe, donde se esperaba que hiciera algún anuncio en medio de la campaña proselitista. Al parecer guardó su artillería para lanzarla en San Francisco, Córdoba.
Con la denuncia de "presiones", Kirchner pareció apuntar contra los diputados del duhaldismo y de otros sectores de la oposición que el miércoles se unieron para votar un proyecto que suspende por 120 días las ejecuciones hipotecarias de deudores, iniciativa rechazada por el gobierno.
En un acto en San Francisco, acompañado por el gobernador cordobés José Manuel de la Sota, Kirchner acusó a quienes hacen "revivir la vieja política" en la que ocurrieron cosas "tan inmorales" en la "sanción de tantas leyes".
Al mediodía Kirchner se bajó en Sauce Viejo del Tango 01, proveniente de Brasil, y abordó el Tango 03, con el que partió a San Francisco. Pocos minutos duró la presencia presidencial en la capital santafesina, aunque fue suficiente para enojar a muchos del centenar de seguidores que se había dado cita en la estación aérea con la ilusión de saludarlo.
Igualmente nutrida fue la delegación oficial que fue a recibirlo, como si se hubiera tratado de una visita oficial con una estadía más prolongada. La mayoría concurrió alentadaos por el rumor según el cual Kirchner sería esperado por Carlos Reutemann, se reuniría con candidatos y autoridades para evaluar la marcha de campaña electoral y daría una conferencia de prensa.
Cuando ya no quedaban rastros del raudo paso de la comitiva presidencial, la Casa Gris se esforzaba por explicar que nunca se había informado oficialmente otra actividad que no fuera el cambio de aeronaves. Para entonces se sabía que Reutemann, a quien no se vio por Sauce Viejo, viajó en auto a San Francisco y que el gobernador Jorge Obeid había abordado otro avión para volar a Buenos Aires.
Obeid, junto a los candidatos a diputados nacional Agustín Rossi y Carlos Parola, el intendente santafesino Martín Balbarrey y otros funcionarios acompañaron a Kirchner en su caminata de unos 20 metros entre uno y otro avión. Tantas presencias oficiales parecían preanunciar una visita menos decepcionante de lo que fue, el menos para los simpatizantes, muchos de los cuales estaban desde hora temprana y la mayoría había sido movilizado en micros identificados con las consignas electorales del PJ.
Nadie explicó por qué se hizo una movilización de afiliados si, como informó luego la Casa Gris, no estaba previsto que Kirchner, contrariando su estilo popular, se acercara a la gente. Tampoco recibió respuesta una mujer que en la puerta del aeropuerto se quejó del desaire presidencial: "Sólo quería entregarle una carta, estoy indignada".
Para colmo, el edificio del aeropuerto está en gran parte vallado por obras de refacción, lo que conspiró hasta para que la gente pueda ver desde lejos al presidente. El operativo de seguridad quedó, por la misma razón, desproporcionado. Patrullas y efectivos apostados en la ruta durante el trayecto al aeropuerto se complementaban con un mayor número (muy por encima de habitual) de uniformados que obligaron a cada auto que ingresó a detenerse, hicieron bajar al conductor y abrir el baúl, revisaron el interior de cada vehículo y lo miraron por abajo con un espejo.
Acorde con semejante operativo, la cantidad de periodistas que concurrió fue proporcional a la de funcionarios. Fuentes del gobernador indicaron que recién la semana que viene se conocerá la fecha en que Kirchner volverá a la provincia para encabezar un acto de campaña del Frente para la Victoria.
Por otra parte, Obeid mantuvo ayer en el aeropuerto un cordial diálogo con el canciller Rafael Bielsa, en el que consideraron distintos aspectos relacionados con la inserción de la provincia en los mercados nacional y los proyectos de integración regional.
El que sacó provecho de la proliferación de micrófonos, grabadores y cámaras cuando todavía estaban en tiempo de espera fue Agustín Rossi.
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Fotos
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Kirchner mantuvo un breve contacto con Rossi y Obeid en Sauce Viejo.
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