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 sábado, 01 de octubre de 2005  
Palo Pandolfo, ex Don Cornelio y la Zona, se presenta esta noche en Willie Dixon
"Si después de los 30 seguís identificado con el rock algo anda muy mal en vos"
El cantante y guitarrista dijo que su eclecticismo musical hace que el rock no le dé "mucha bola que digamos"

U. G. Mauro / Escenario

"Si después de los 30 años seguís identificado con alguna tribu del rock, me da pena, porque debe haber algo que anda muy mal en vos", fue uno de los polémicos conceptos que en diálogo con Escenario virtió el guitarrista Palo Pandolfo, quien hoy a la medianoche se presenta con sus músicos en el local Willie Dixon, Suipacha y Güemes.

Pandolfo presentará las canciones de su segundo disco solista "Antojo" y algún tema nuevo, al tiempo que repasará su placa anterior "A través de los sueños" y también tocará música de su labor con Don Cornelio y la Zona y Los Visitantes, secundado por Mariano Barnes (bajo), Mariano Mieres (guitarra) y Timothy (batería).

-Aunque el nombre lo explica todo, llama mucho la atención la heterogeneidad de los ritmos que incluíste en tu último disco "Antojo"...

-(Risas) En realidad, nunca me importó encuadrarme en ningún lugar...

-Pero sucede que la gente ya te tiene encuadrado como el guitarrista de rock Palo Pandolfo...

-Es un vieja historia: ya a Los Visitantes, el último grupo en el que estuve, nos tildaban de eclécticos porque hacíamos tecnorock. En mi primer disco solista también incluí aires folclóricos o tangueros: el que me escucha sabe que es mi característica. Lo mío es jamás encerrarme en el rock, el pop u otra cosa. Los motes y las estructuras son algo que no van conmigo; lo mío es hacer canciones y en "Antojo" está esa cantidad de gustos míos.

-¿Cómo creés que perciben tu amplitud musical las distintas tribus o parcialidades del rock?

-Me parece que no les gusta mucho. Creo (risas) que el rock no me da mucha bola que digamos. Lo mío es música popular nacida de una apertura mental tras escuchar de todo.

-¿Esa inflexibilidad de ciertos públicos tiende a desaparecer o es algo que va existir siempre?

-Hay cierta cerrazón y algo que tiene que ver con la venta de un producto, lo que contribuye a que los encasillamientos sigan. Se pretende un molde, que se sepa cómo se lo debe pedir en la disquería. Por otro lado, es un tema que preocupa o se sostiene entre los adolescentes que buscan cierta identificación, pero si después de los 30, seguís identificado con una tribu del rock, me da pena, porque hay algo que anda muy mal en vos. En la adolescencia está bárbaro porque te permite establecer un sentido de pertenencia, aunque ahí también te limita porque si sos heavy (risas) sólo te vas a poder encontrar con una chica heavy.

-Cuando no estás haciendo música ¿qué otros temas te preocupan?

-Me interesa mucho la parte espiritual de la realidad, la fuerza de un pensamiento, la elevación. Sigo la idea de que un buen pensamiento conduce a buenas cosas.

-¿Intentás traducir eso en tu música? ¿Es algo que está presente en "Antojo"?

-En "Antojo", eso está un poco más virado a lo psicológico y a lo testimonial, como yendo hacia cierta politización representada en los temas que incluí de Quilapayún o Silvio Rodríguez. Es medio combativo el disco, pero también tiene la cosa espiritual en el tema de Bob Marley, que habla de que "se mueve la gente de Dios" y de la evolución de una fe.

-Al elegir obras de Quilapayún o Rodríguez quisiste dejar explícita tu ideología o simplemente fue otro "antojo" del disco?

-La visión de derecha, conservadora, liberal ya tuvo su oportunidad en la Argentina, una oportunidad grande que les duró como 200 años y que reunió a monárquicos, católicos, conservadores, de derecha, reaccionarios de varias layas. Me parece que hay que pensar palabras nuevas; en un gobierno neosocialista.

-¿Y como conciliás eso y la espiritualidad?

-Creo en la idea de la tierra para el que la trabaja y las herramientas para el que las maneja. Creo en la necesidad de considerar al trabajador como una parte noble de la realidad social. Eso se debería unir a una espiritualidad que ponga en práctica una política del amor, y el amor en la política tiene que ver con una actitud de ver al otro.

-Llegar a eso implica una práctica, una militancia que es política, ¿cómo te llevás con eso?

-Los políticos somos nosotros: el Estado y yo somos uno. Yo soy tan responsable como los políticos por el estado de las cosas, en lo bueno y en lo malo. Los políticos que están hoy son el resultado de la desaparición de 30.000 personas que tenían metas altas y no mezquinas como estos. Lo que quedó es también producto de una sociedad que permitió que reventaran a 30.000 chabones y chabonas que de alguna manera podrían haber generado una clase política más digna.
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Palo Pandolfo, en busca de un mayor espiritualidad.

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