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domingo,
28 de
agosto de
2005 |
Empresas e investigadores que juegan juntos
Un ejemplo de transferencia tecnológica entre el Conicet y los privados es el caso de la leche Bio, un convenio firmado con Sancor que permitió lograr un producto que lleva diez años en el mercado. Se trata del desarrollo de una leche cultivada con propiedades probióticas para regular la flora intestinal. Este producto fue realizado por el Centro de Referencia Lactobasilus del Conicet (Cerela) en Tucumán y el escalado a nivel industrial tuvo lugar en plantas de la empresa Sancor. Actualmente se está tramitando la autorización para utilizar Conicet - Cerela en los envases con el fin de incrementar valor a la venta del producto.
Otro caso lo constituye un medidor de suciedad en chapas desarrollado por el Conicet para Siderar y el grupo Techint. La empresa produce una cantidad importante de chapas para diversas industrias que tienen distintos niveles de suciedad. El mecanismo que utilizaban para controlar esos niveles era pegar una cinta adhesiva en la chapa y después medir el grado de suciedad que se había adherido a la cinta. Un grupo de investigadores le propuso a la empresa un método utilizando un rayo láser que va determinando en tiempo real el grado de suciedad y si hay algún problema, se puede parar la producción y corregirlo.Un proyecto importante es el desarrollo de anticuerpos monoclonales para el diagnóstico y tratamiento de cáncer en el que está trabajando la Fundación Sales y varios grupos de investigadores. Los estudios clínicos se orientan hacia una posible vacuna para determinados tipos de cáncer. Existen, además, convenios con la empresa Bioceres sobre la generación de plantas transgénicas tolerantes a sequía. También hay convenios para la micropropagación de arándanos y el desarrollo de biolubricantes a partir de cera de jojoba y de oleaginosas, a requerimiento de Repsol YPF.
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