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sábado,
09 de
julio de
2005 |
Terror en Londres. Ayer la cifra de víctimas superó las 50, pero se temía que el número creciera
Intentan llegar a un túnel subterráneo
donde habría más muertos en un tren
Scotland Yard dijo que la cantidad final "no llegará a 100". El transporte se reanudó parcialmente
Londres. - El número de muertos en los atentados terroristas de Londres aumentó ayer a más de 50, admitió el jefe de Scotland Yard, Ian Blair, cuya organización ha lanzado junto con el servicio secreto una amplia búsqueda de los terroristas. Pero ese número podría aumentar dramáticamente, ya que los rescatistas intentaban ayer llegar hasta un vagón de subterráneo destruido por las explosiones. No se sabía cuántas víctimas había en el convoy del metro londinense, pero posiblemente eran muchas, ya que los atentados del jueves a la mañana ocurrieron a una hora pico. Ayer se evidenció que muchas personas faltaban por la proliferación en las zonas de mayor tránsito de las fotos de desaparecidos (ver aparte).
En el ataque contra el ómnibus urbano hubo 13 muertos, dijo Ian Blair. El funcionario estimó que la cifra de víctimas mortales "no llegará a superar los cien". Una manera de admitir tácitamente que se superará la cifra hasta anoche admitida de "más de 50" muertos. Hay además 700 heridos, 22 de ellos en estado grave.
La policía seguía sin poder acceder a un túnel del subterráneo atacado ayer donde hay peligro de derrumbe. Por ello, se desconoce cuántos cadáveres puede haber todavía allí entre los restos de un tren, entre las estaciones de King's Cross y Russell Square.
Andy Hayman, de la oficina de operaciones especiales de la ciudad de Londres, comentó que el tren recibió el peor impacto de las explosiones, y en un nivel muy profundo de la red de túneles ferroviarios.
La explosión en los trenes subterráneos entre las estaciones de King's Cross y Russell Square mató al menos a 21 personas.
Trabajo riesgoso
Hayman habló de "circunstancias extremas" bajo las cuales los servicios de rescate estaban trabajando, expuestos a derrumbes, infecciones y sustancias tóxicas en el aire. Un trabajador de mantenimiento, que pidió no ser identificado, dijo que había llegado hasta el lugar a tempranas horas de la mañana del viernes y que vio escenas "horribles". "Llegamos hasta el vagón, aunque estaba muy oscuro. El olor era espantoso". Dijo que vio personas fallecidas por la explosión, pero no especificó cuántas.
El jefe de la policía de Londres, Ian Blair, dijo por su parte que no esperaba que hubiesen sobrevivientes de la explosión sepultados entre los escombros bajo tierra. "Con la ayuda de las brigadas de bomberos y de los servicios de ambulancias todos los sobrevivientes han sido retirados desde ese sitio", señaló refiriéndose al tren golpeado entre King's Cross y Russell Square. "Lo que se decidió después fue que los cuerpos fueran dejados ahí porque era demasiado peligroso. Que no quede la impresión de que hay sobrevivientes abajo en los subterráneos", enfatizó Hayman.
Entretanto, los expertos de Scotland Yard investigan los restos de explosivos y cientos de horas de material filmado por las cámaras de seguridad. Ian Blair calificó de "total especulación" las noticias aparecidas en la prensa acerca de que los responsables proceden de la región inglesa de Midlands.
La policía no ha encontrado indicios tampoco de que la explosión en el ómnibus haya sido provocada por un atacante suicida, aunque no se puede descartar nada, aseguró.
Todos los explosivos, de 4,5 kilos cada uno, cabían en un bolso del tamaño de una mochila y fueron colocados en el suelo de los vagones y en debajo de un asiento del ómnibus, detalló Blair.
Al ser interrogado acerca de si existe la amenaza de más atentados, Blair señaló que "es obvio" que existe en Gran Bretaña una célula terrorista y que por eso no se puede descartar nada. "Hay que permanecer alerta". Según especialistas en contraterrorismo, en Gran Bretaña puede haber hasta 200 activistas de Al Qaeda en células "dormidas" o activas.
Por su parte, la reina Isabel II visitó a víctimas en el Royal Hospital, en el este de Londres, y declaró: "No cambiaremos nuestro estilo de vida". También el príncipe Carlos visitó a heridos.
El tráfico del metro fue reanudado parcialmente. Las líneas que no se vieron afectadas por los ataques funcionaban con normalidad, pero con muy pocos pasajeros, mientras que otras lo hacían sólo en algunos tramos.
Sin embargo, el servicio a pleno del subterráneo de Londres no será posible hasta dentro de varias semanas a causa de la destrucción causada por las bombas, informó la gerencia del tradicional "Underground".
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Familiares de desaprecidos pegaron carteles en lugares públicos.
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