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 domingo, 03 de julio de 2005  
[Nota de tapa] - El desafío de volver a empezar
En busca del tiempo perdido
El subsecretario de Cultura, Raúl Bertone, dice que tras muchos años de ajuste el museo apuntará a incorporar personal especializado

Osvaldo Aguirre

Raúl Bertone, el subsecretario de Cultura de la provincia, está ligado a la historia reciente del Museo Julio Marc. En 1998, desde ese mismo puesto, impulsó por primera vez el llamado a concurso para el cargo de director. Una nueva etapa que avanza con dificultades.

-¿Cómo se produce la decisión de concursar la dirección del Museo?

-En la anterior gestión del gobernador Obeid empezamos un programa de normalización, fundamentalmente del Museo Julio Marc y del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, en Santa Fe, justamente los dos museos más grandes de la provincia. En el Museo Histórico se trató de una institucionalización. Generar un concurso de buen nivel era necesario porque teníamos una dirección que venía de la época de la dictadura militar. Para darle un nivel de limpieza le pedimos que integraran el jurado a la Secretaría de Cultura de la Nación, la Academia Nacional de la Historia y el Icon, la Asociación Internacional de Museos. Fue un concurso ejemplar, intachable. Ese es el punto de partida de la institucionalización. También empezó una etapa, que no termina, de profesionalización del museo. En este momento estamos en una etapa interesante porque hay posibilidad de que se empiecen a recuperar los cargos perdidos, que es un problema importante. Este museo debería tener 50 empleados.

-¿Y cuántos tiene?

-No llegan a 20. Incluso es necesario crear cargos que nunca existieron, por ejemplo en el área de comunicación.

-¿Hay presupuesto para esos cargos?

-Este año no tenemos posibilidad de crear cargos. El año que viene se va a trabajar con presupuesto proyectado, es decir, se podrá prever lo que se necesita en los años siguientes. Hay que proyectar por lo menos tres años. Eso le dará la posibilidad al Ministerio de Hacienda de ver el desarrollo a futuro. A lo mejor no podemos crear todos los cargos pero sí, por ejemplo, el de director, que estamos cubriendo con el Fondo de Asistencia Cultural.

-¿Qué presupuesto le asigna la provincia al Museo Histórico?

-El museo tiene un presupuesto básico que garantiza el funcionamiento mínimo: se pagan los sueldos del personal estable, se pagan los servicios y hay un mínimo aporte de gastos de funcionamiento. Lo demás se paga con fondos del FAE: personas contratadas para tareas específicas, gastos de funcionamiento especiales. El año pasado el Marc tuvo un aporte importantísimo extra del Estado provincial para el Congreso de la Lengua, para adecuar el museo a las exigencias de la muestra internacional que exhibió. Se invirtieron 500 mil pesos en obras.

-La primera gestión concursada debió enfrentar los graves problemas edilicios...

-(Interrumpe) Bueno, pero hubo cambios. Creo que esa gestión marcó claramente una diferencia, a partir de ahí el museo se comienza a profesionalizar y cambia su aspecto. El museo está en obra en forma permanente. Estuvo cerrado en una etapa donde los arreglos de los techos lo requería. Son situaciones que hay que sostener en la medida que las obras lo justifiquen. Tener un museo cerrado por obras no es una mala noticia: en España se reinauguró el Archivo de Indias después de estar cuatro años cerrado.

-Pero la proyección del museo en la comunidad parecen ser justamente esos problemas. Otros museos de la ciudad -por ejemplo el Castagnino- tienen en cambio una presencia fuerte, están permanentemente en la agenda cultural de la ciudad.

-Yo detecto dos motivos. Uno es la propia actividad. Un museo de arte normalmente es más visitado que uno de historia. El Marc está definido como un museo de historia argentina y latinoamericana, ahí radica su potencial de identidad. El otro tema es el de la comunicación, se requieren recursos importantes para comunicar muestras extraordinarias. El museo tiene una gran afluencia de público en lo cotidiano, las escuelas se nutren en forma constante del museo. Ese movimiento no es vistoso, pero es un servicio que el museo brinda. Y lo visitan los turistas. El año pasado hicimos un trabajo importante de comunicación por una muestra (nota: "Un paseo por la vanguardia española: instantánea de Ramón Gómez de la Serna), pero fue una muestra de arte, no de lo más característico del museo. Ahora va a inaugurarse una serie de muestras y en octubre arranca una en homenaje al centenario del puerto.

-Las dos últimas directoras plantearon la necesidad de cambiar el guión del museo. Parece difícil sacar al museo de un sesgo tradicional. ¿Es así o no?

-En cierta forma sí. Tuvimos que hacer una transformación de fondo. El museo estaba sobreexpuesto y para eso hubo que construir el depósito. Ahora el museo tiene un buen depósito y estamos por empezar el depósito de muebles, con lo que se terminaría el problema de la sobreexposición, Eso se soluciona invirtiendo el concepto, no está todo mostrado sino está todo guardado y se saca lo que hay que exponer. Los resultados están a la vista en el museo. Y el museo se empieza a mostrar. Ahora se va a hacer una pequeña muestra de la sala de armas. La colección que tiene el museo es enorme, pero nunca se pudo mostrar en su conjunto.

-Con poco personal y recursos escasos debe ser difícil.

-Sí, pero por suerte tenemos gente especializada en distintos temas. Está todavía Inés Maldonado que está en trámite de jubilarse pero sigue en contacto con el museo, al que le ha dedicado la vida.

-¿Por qué renunció Carina Frid?

-Fue por un problema de tiempo y de incompatibilidades. El 1º de marzo ella decidió retomar otras actividades que tenía y que le resultaban incompatibles con el cargo de directora. Cuando le dijimos que no le íbamos a renovar el contrato, vino el Congreso de la Lengua. Ella hizo unas gestiones de pedidos de licencia que terminaban en marzo y después nos comunicó que iba a volver a tomar otros cargos. Nosotros no ejercimos ninguna presión sobre ella, al contrario. el gobernador mismo le pidió que se quedara.

-¿Cuáles serían los requisitos para un director ideal del Marc?

-Hoy todos los directores de los museos tienen que tener un título en la especialidad, pero más que la especialidad temática, en la gestión del museo. Habiendo en Rosario una Escuela de Museología, habiendo en en el país formaciones de postítulo y de posgrado, no ha pasado el tiempo todavía para exigir que un director sea museólogo, pero empieza a ser un requisito importante. El conocimiento temático no garantiza tampoco una buena gestión de un director. Administrar un museo tiene un peso técnico importante. Hoy, por otra parte, las asociaciones de amigos de los museos tienen un rol fundamental, porque hay que administrar los fondos que genera el público. No tenemos ningún preconcepto y creemos que los directores tienen que hacer su propia propuesta.

-¿El incremento del presupuesto y la incorporación de personal especializado son la prioridad del museo?

-Para nosotros son una prioridad. El Estado viene de muchos años de ajuste y ahora viene una etapa de prosperidad. Ahora empieza a haber más recursos y es justo que reconstruyamos cosas que se perdieron. En estos años de ajuste los museos no perdieron patrimonio pero sí su patrimonio humano. Viene el momento de recuperar las plantas de personal.
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Rescate. Bertone destacó el valor didáctico del museo y que lo visiten escolares.

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